Hola, nuevamente aquí, con mis historias locas… Leí hace tiempo una frase de Gabriel García Márquez, decía que “El escritor escribe su libro, para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar”, yo añadiría también para descubrirse a sí mismo.
La verdad había entrado en una etapa en la que me entro gran curiosidad por descubrir los secretos extraños del mundo y la sociedad, todas esas preguntas del porque estamos aquí que intrigan a todo el que sea humano en algún momento.
Descubrí varias cosas, que menos me dejaban dormir, me entro gran coraje y ganas de ser algo superior para hacer justicia, pero yo no soy dios; después de tanto pensarlo y de ver un capitulo sin querer de “Hora de la aventura”, llego la anhelada conciencia y reflexión aunque sé que no debería sacar mensajes de cosas tan graciosas o absurdas, pero así soy yo.
Y decidí hacer una historia corta y de dios jajajj, tengo un fetiche con dios pero otro tipo de dios, sin más que agregar les comparto mi historia, cuídense, ciao:D
“EL dios que lo miraba todo”
Era inmortal y de tanto vivir un día se harto, creo seres similares a él, que igual lo vigilaban todo; además de otra especie que se dedicaba a vivir su vida en paz…
Pero esta historia no trata de cómo el pasaba el tiempo vigilando, si no de los sentimiento que esto le producía a él y a los pocos seres que se dedicaban a hacer su misma labor…
Al principio la experiencia para los vigilantes era muy grata, creyeron encontrar el éxito y el poder pues conocían todos los puntos fuertes y débiles de los otros, nada los podría derrotar en caso de que algún día aquellos ingenuos quisieran hacer justicia por el hecho de vigilarlos tanto…
Eso los alegraba tanto y así pasaron gran parte de su vida…
Hasta que llegaba el colapso, la realidad tirana de saber que a pesar de que quisieran hacer otra cosa, habían sido creados solo para deprimir, para mirar, para devorar a su presa y a un así ser totalmente infelices…
El dios psicótico decidió hacer aquellos seres semejantes a “EL”pero mortales, pues vio que con el tiempo se cansaban, colapsaban y entraban en un etapa emocional tan fuerte donde estaban tan enfermos de paranoia que no podían dormir tranquilos, a pesar de tenerlo todo.
El pobre dios, se dedicaba a crear revuelos en blanco y en negro…
Pero no había dos, solo era uno…
Siempre fue un pobre dios solitario, que el tanto vivir lo ahogaba, lo consumía lentamente…
No había con quien compartir lo que sentía, solo con esos engendros a los que creo y que en el fondo le repugnaban por creerlos tan infelices como el…
Quería ver cambios en sus creaciones, después de muchos siglos lo encontró…
Ahí estaba la respuesta que lo salvaría de la nada, de su oscuro sufrimiento de saber que existía sin ninguna razón…
Algunas de sus creaciones comenzaron a mutar a brillar… No era el poder lo que deslumbraba y jamás fueron los observadores que aparentaban brillar los que realmente lo hacían…
Todos notaron el fulgor tanto el dios loco, como los pobres que fueron dedicados como el tan solo ha observar y llenarse de pseudo poder….
Los que lograban brillar, eran los que lograron conocerse a sí mismos, aceptándose como una creación mas, justo en ese momento, solo en ese momento se hacían más perfectos que su dios…
Los que miraban por más que sabían los puntos débiles de los otros… No encontraban nada para ellos, más que miseria, a pesar de que inventaban forma para asesinarlos después de tanto sin sentido, tanto colapso y odio por ser unos pobres seres que solo miraban…
La vida se encontraba solo en aquel que sentía la olas del mar, el viento despeinar su cabello, la tierra firme, la vida en convivencia, no haciendo daño a sus semejantes y no queriendo descubrir los secretos absurdos de por qué existía, ni siquiera tener el poder para nunca perecer…
El tiempo que vivían lo consumían de una manera en que tomaba acción en ellos y no en los otros…
Los vigilantes no sabían esto, a pesar de tanto conocimiento de lo externo…
No sabían que también ellos podrían mutar y no lo sabían porque dedicaban su tiempo a ser iguales a su dios; ese dios psicótico que a un no encontraba la sabiduría y por eso los creo.
Un día un vigilante dejo a los que eran igual que él, para vivir su vida… Estos quisieron asesinarlo pensando que diría a los otros que ellos se dedicaban a destrozar y poner obstáculos en sus vidas, pero no lo hizo, se dedico a descubrirse a si mismo…
Logrando por fin ser feliz, justo cuando su tiempo se había acabado… Pues su dios los hiso mortales a todos tanto a observadores como a los que vivían…
Logro brillar, la muerte desapareció y se hizo inmortal, como los otros que lograron deslumbrar…
Entonces aquel dios solitario por fin logro su cometido no estar solo…
Pero algo fallaba a un, ya que el no brillaba y no brillaba por que realmente “El dios”, no se había descubierto a si mismo…
Una pena lo aniquilaba… Fue cuando dejo de vigilar a su creación, fue cuando se sintió a sí mismo, conociéndose y no huyendo del lamento de vivir tanto, que logro una reluciente luz en magníficos colores de gran fulgor, logrando ser igual que esos seres diminutos que le enseñaron que la vida no era mirar, no era destrucción, ni poder para seguir evadiendo el tiempo…
La vida era “EL” en acciones, en interior y en vida junto a otros seres que no fingían la luz.
FIN
Posdata: Si desean ver el capítulo de “Hora de la aventura” pulsen aquí.
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