El imperio
El imperio, consumían la vida de personas que no le hallaban sentido a sus vidas, hipnotizándolos y lavándoles el cerebro… Toda su gente era de otros pueblos aledaños, muy pocos pertenecían a su nación…
Siempre era el mismo juego de querer comportarse como dioses en un grano de arena, ellos creían tener excelente inteligencia que nunca podría acabarse, los humanos eran la gran masa de manipulación.
Ellos tenían el poder de todo y a la vez de nada… Consumían y quitaban a líderes en otros países con una facilidad increíble; era cuestión de que les tronaran los dedos aquellos mandatarios de negocios torcidos, para que el imperio derrocara a cierto pueblo o país, los desterrara en la miseria y lo alejara de sus tierras y recursos naturales o minerales. Los líderes a los que le entregaban el poder y luego se lo quitaban sentían una gran impotencia, aquellos que nunca se dejaron corromper por su escarlata terminaban en la horca.
Nunca creyeron que después de años otro imperio igual de corrompido e injusto que ellos, los derrocaría, los destrozaría… Una nueva raza llegada de otro multiverso, se dedico habitar aquel mundo perdido en aquel pequeño planeta de un universo patético.
Se dedicaron a examinar a la raza inteligente que jugaba con fuego, con magia, con física… Ellos engañaban a la gente diciéndoles que no tenían puntos débiles, que sus poderes era sobrenaturales, su fuerza extremadamente superior, que hablar de ellos y examinarlos significaba la muerte.
Que lo sabían todo, leían sus mentes todas eran estrategia, siempre eran estrategias… Era generar miedo, incertidumbre, misterio…. Aquella gente era lo mismo, con un poco mas de evolución, pero lo mismo… Su adoración por artefactos superfluos puso teflón en su cabeza.
Y era fácil descifrarlos, pero los otros se tragaban los pequeños cuentos que les pintaban, en el fondo era la publicidad, la propaganda, la envidia e idolatracion a espejismos, lo que hacían que todos se deslumbraran con ellos.
El imperio los había enamorado a esos idiotas humanos, que no trabajaban sus neuronas, que eran cómodos. Ellos no veían otro tipo de vida, ni de belleza lejos de lo que les había inculcado, el imperio podrido…
Aquel imperio era simplemente una puta galante de vestido rojo, una líder de ilusión, igual que toda su gente…
El imperio que los derroco y que usaron como arma los seres de otro planeta para jugar su nueva partida de billar, fue una que se le asemejaba en infraestructura.
Era silenciosa, sigilosa, sutil y desgraciada…
A todos los aliados e incluso al más fuerte los extermino, sus cabeza caían y rodaban los balcones, manchaban con su sangre los lustrosos pisos y alfombras…
A los primeros indicios de guerra todos se preguntaban… ¿Quién?
¿Quién?...
Comenzaron a pelear sin una estrategia bien formulada contra sus enemigos de años creyendo hallar ahí a sus rivales, pero no lo eran…
Los días pasaban y más cabezas caían y rodaban sangrientas con las lenguas cortadas por las plazas llenas de materialismo, por las iglesias, por los exclusivos clubes…
El imperio se encerró con todos su inteligencia, buscaban antídotos, guerras virales, atómicas, nuevas alianzas… Gastaban todos sus fondos y acababan con más recursos naturales, mil fuentes para hallar a los desgraciados… Que se burlaban a risotadas, dejándolos en ridículo. Mientras llenaban de sangre todo, rodaban las cabezas, ahora también cortaban los pies, los cuales se mostraban gangrenados.
Todo era una deliciosa obra maestra de partes humanas de seres malditos que pisaban por un momento el fresco césped, el árido desierto y el duro concreto.
Todos sus aliados se deshacían mutilados… Hasta la reina, el motor y más fuerte de sus aliados fue asesinado. La segunda puta, del imperio tuvo que hacerse cargo del desastre.
Entonces por primera vez volvieron a trabajar sus neuronas, a brillar esos foquitos de corrientes eléctricas, de pensamientos y estrategias magistrales…
Se encerraron nuevamente con toda su inteligencia y descubrieron al enemigo, era otra galante puta de de un vestido con tono diferente, con otros valores, alguien que ellos no se imaginaban.
Al final la guerra entre los imperios solo eran juegos de creaturas berrinchudas, qué decían ser súper poderosos, manejar un inteligencia mayor, pero no era cierto, era el exceso de vida lo que los había consumido, en un punto ciego donde siempre chocaban, se perdían las dimensiones.
Era la partida de poder, de manipular y controlar al más débil, de otorgarle el mando a los más fuertes y sanguinarios.
Después de que casi se extinguieran todos sus aliados, su raza y ese vestido rojo se formara en lo tangible, llenando de sangre y de partes humanas sus ostentosas civilizaciones y perturbados pensamientos.
Algo inesperado sucedió…
Fueron sus enemigos y adversarios de años los que irónicamente los salvaron de una guerra cruel que los aniquilaba…
Ellos gritaron: “Dejen de asesinarse”….
FIN
Historia creación propia de Cecy Gutiérrez,
todos los derechos reservados.
Imágenes tomadas de la red.
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