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sábado, 25 de abril de 2015

“Conspiranoicos: Extraña idea”

Hola, nuevamente aquí con el segundo capítulo, de mi siguiente historia que se llama Conspiranoicos, en el trato todo tipo de ideas extrañas, posibles conspiraciones y demás alucinaciones o imaginaciones que salen de la mente de uno. 

Espero les agrade, como siempre predomina mi usual estilo.


“Conspiranoicos: Extraña idea.”

Suena el timbre de mi celular con ruido impertinente, logra sacarme de mi sueño…

Contesto:

-¿Kou, podemos vernos hoy en la Pizzería cerca de tu casa?

Tengo muchas ganas de verte amor.

Reconozco su voz es Darío…

Con una voz cansada le digo que si….

-Darío- Entonces a la hora que quedamos ayer, a esa hora te veo... Ah, por cierto, no me devuelvas la llamada

Se despide de mí.

Al colgar el celular, me pregunto: ¿por qué salgo con él?…

Sin embargo, mi reacción inmediata es ducharme, arreglarme, perfumarme…

Y estar lo más presentable posible para ver a mi amor.

Terminando decido matar el tiempo jugando videojuegos… Al cabo de unas horas, perdido en peleas virtuales descubro que es hora de irme.

Salgo apresurado, tomo mi auto y me dirijo a la pizzería que queda muy cerca de mi casa.

El lugar donde siempre me encuentro con Darío.

Entro, lo veo en la mesa última esquinada, sonriente…

Lo saludo, intento besarlo, pero me evade… Solo nos besamos el cachete levemente, en forma de saludo...

El aun siente vergüenza por su orientación.

Ignoro su actitud, me siento y los dos vemos el menú, dispuestos a pedir…

Mientras lo leemos, el me pregunta que como he estado…

Con una media sonrisa le digo que bien, un poco atareado, resolviendo problemas del trabajo, la vida, etc.

El observa el menú detenidamente…

- Me dice que dadas las circunstancias de frecuentar el mismo lugar, se decantara por pedir las alitas adobadas de la Pizzería.

- Lo miro con cara de: ¿Es en serio?...

- Se suelta riendo con una cara de: ¡no me enjuicies!

- Ok, Darío pero habiendo buffet de Pizza, no crees que es estúpido primero que perdamos el tiempo viendo el menú, segundo que pidas alitas…Y tercero que sigamos portándonos como chicos atolondrados por…

Suspiro…Tú sabes, lo nuestro.

-Él se pierde unos segundos mirándome, mientras sonríe con una sonrisa enorme de oreja a oreja, agarra su cabello corto ondulado...

Luego responde…

Darío- Ok, estoy a dieta.

Sigue sonriendo…

Kou- ¿A dieta con alitas?...

Lo miro extraño, cuestionándolo y riendo…

Descubro entonces, que yo tengo el mismo semblante con cara de idiota enamorado que observo en él, ese donde ríes o sonríes por cualquier tontería…

En eso nervioso, agarra su mejilla y comienza a tallarse.

Al ver ese gesto en Darío, recuerdo inmediatamente a mi pasado amor Alex…

Entonces una idea loca resurge en mi mente, me digo a mi mismo: ¿y si no fuera Darío, si no Alex?…

Lo observo un poco maravillado y perturbado al mismo tiempo, el hace una mueca con la boca como dudando con algo…

Es la misma mueca que en otros ayeres también contemplaba en Alex.

… El mesero llega, pide nuestra orden…

Le digo que tomare el buffet y Darío pedirá alitas adobadas…

Pero Darío vuelve hacer la mueca con la boca y dice que después de todo si agarra el buffet de Pizza, pero también las alitas.

Mi idea loca, sigue atravesando mi mente… Acrecentándola…

Entonces se reconstruye… Y me digo: ¿y si existiera la forma de que algunas personas tomaran el cuerpo de otros?… ¿O bien su mente?....Para así poder estar con personas que no pueden, que nunca los tomarían en serio o se fijarían en ellos o simplemente con personas con las que algunas vez tuvieron una oportunidad y no la aprovecharon como debieron en su momento.

Mi rostro agarra aire de sorpresa…

Al irse el mesero, Darío voltea a verme extrañado y me dice anda vamos por el buffet…

Me levanto… Tomamos cada quien un plato…

Y contemplo la variedad de pizzas…

Agarro dos trozos de estilo Hawaiana, otros dos de Chicago, una normal de pepperoni.

Darío por su parte, se ha ido a la segunda línea del Buffet…

Y yo termino de llenar mi plato, añadiendo espagueti con salsa de tomate.

Me voy a la mesa, me siento…

Darío regresa… Observo su plato tiene siete pizzas de diferentes estilo cada uno…

Me sorprende, lo miro y le digo…

Kou (sarcástico)- ¿En serio a dieta?...

Darío vuelve a reír y los dos nos disponemos a comer…

Mientras comemos, mi idea loca sigue acosando mi cabeza y hace que no pueda dejar de verlo, no solo porque lo amo o eso creo, sino porque también observo a Alex…

Darío comienza a devorar con gran antojo una rebanada de pizza suprema.

Luego se lame los labios, sacando la lengua hacia a lado tontamente.

Y ahí nuevamente esta Alex…

En eso llega el mesero con su orden de alitas adobada y el las recibe con una enorme cara de alegría.

Entonces más mi sorpresa…

Lo miro y hago lo que en ese tiempo hacía a mi ex-pareja.

Justo cuando jalara el plato en forma distraída hacia su lado, yo las muevo hacia el mío rápidamente…

El siguiente gesto es una cara de sorpresa, una especie de “O” enorme marcada, salida de su boca, el mismo gesto que nuevamente contemplaba en Alex tiempo atrás.

Forcejeamos…

Luego reímos…

Le digo que lo extrañaba.

Darío dice que el también a mí, luego nos miramos como hipnotizados y él toma levemente mi mano recargada en la mesa.

En eso suena el timbre de su celular…

Él contesta…

Y yo salgo de mi idea rara, debatiéndola…

Sé que es un absurdo, pues mi pasado amor Alex no tendría deseos de estar conmigo, lo nuestro termino, él tuvo que irse a trabajar al extranjero para lograr sus sueños, la distancia se interpuso en nuestro camino y terminamos separándonos por mutuo acuerdo.

Aunque yo seguía amando a Alex de alguna forma.

Salgo de mis pensamientos…Y tomo atención ahora a la conversación de Darío…

Y veo lo que detesto tanto en el… Lo que lo hace Darío y no Alex…

El habla con una mujer, con una salida o talvez una novia…

Ya no discuto con él, me he hartado, después de todo, el que se engaña a sí mismo es el, no yo…

Sus gestos cambian, su voz cambia…

Ahora ruega a esa tal Roxana…

Le dice que olvido su compromiso y que en un rato pasara por ella.

Sigue hablando, discutiendo…Pierdo el interés, pienso que lo mío con Darío nunca funcionara, que debo dejarlo, pero que ese momento no es oportuno para decirlo.

Mi semblante alegre se disuelve, me pongo a comer… En ese instante mato mi alucinada creencia.

Me pierdo en la deliciosa comida, hasta que siento una mirada…

Volteo un hombre regordete me ve con una mirada inquisidora, como leyéndome…

Descubro que mi siniestra creencia después de todo, no es tan loca que en algún lado algo de lo que digo se cuece en otra parte.

Se hace tangible, real…

Hombres jugando con el cerebro de otros, usurpando el cuerpo de otros tan solo para lograr estar con personas que aman, desean conocer, etc… No termino de lograr completar mi pensamiento sacado de cualquier película o serie de ciencia ficción…

Pero de igual modo si fuera cierto, tendría que estar en secreto… Por más amor, deseo que esas personas sintieran por otras, si usaran a otras para llegar al objeto de su amor, sería un delito ético, una violación a los derechos humanos de otra persona.

Y si se pudiera hacer lo descrito, talvez se podrían hacer otras cosas peores que no fueran por amor, lo cual será una atrocidad.

El hombre gordo sigue con su mirada enjuiciándome cada vez más potente… El cree que no lo veo, que no la siento, me volteo completamente hacia donde se encuentra, para que sepa que lo hago y rápidamente se voltea nervioso…

Me regreso a mi asiento, a comer devuelta… Entonces vuelvo a cuestionarme, a debatirla… Talvez no exista nada de mi alucinada idea, pero existen otras cosas que nadie nos dice…

Otras paranoias, otras alucinaciones siniestras para unos…

En algún lado se hacen tangibles, se forman y se convierten en “Conspiranoias silenciosas”.

Intoxicada por aquel humo rosa que despide una pequeña isla de secretos amarillos.

FIN




Posdata: Si desean leer, el siguiente capítulo pulsa el link.


Historia creación de Cecy Gutiérrez todos los derechos reservados.

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