Estoy viendo la serie de Westworld, y me gusto la trama, a un no la termino, pero me hizo pensar en cómo muchos famosos viven en este mundo una vida egocéntrica, donde cualquier persona o situación gira en torno a ellos, lo que los hace aburrirse de la vida fácilmente a pesar de contar con todo.
En este cuento trato mas de echarles que de
comprenderlos, por que me cagan este tipo de personas y lo que hace la gente alrededor
de ellos para satisfacerlos por el simple hecho de ser famosos, igual lo pongo
como conspiranoia porque es el cuento de nunca acabar que vivimos aquí en la matrix,
y que parece de ratos, que de puro consumismo y mierda egocéntrica se tratara toda
esta vida
Sin mas les dejo mi cuento.
Bienvenidos a un cuento egocentrico.
Y ahí estaba esa nueva tecnología, que nos
hacia meternos en otra realidad, una realidad echa para la satisfacción de cada
uno de nosotros, donde todo giraba en torno nuestro.
Y yo era una escoria en vida, bonito para
muchos, pero adicto a las drogas, esnifaba cualquier cosa y esta nueva tecnología
se convirtió en mi nueva droga, podía hacerme un mundo aparte donde todo giraba
en torno mío.
Las mujeres las tenía a montones en este
nuevo mundo, donde yo era un musico influyente en aquella matrix, recibía propuestas
sexuales todo el tiempo… Me metía en problemas con la ley y no importaba, policías
o juezas me las echaba.
Y me
hice de un sinfín de fanáticos no pensantes que me aclamaban, me defendían a si
hubiera escupido o dañado alguna de mis parejas o algún ciudadano de aquella
enferma matrix.
Nada de eso importaba porque así estaba diseñado
este mundo, para satisfacer mi egocéntrico ser narcisista.
Y yo era feliz, pues al fin tenia el poder
de ser alguien diferente en ese nuevo mundo…
Mi ego era tan grande que cuando enamoraba
a una chica de aquella matrix, trataba de convertirme en su oxígeno, me le metía
tan adentro mentalmente para al final solo contemplarme a mí, y ahí estaba yo
como en la película de todos quieren ser John Malkovich, siendo yo en todas
partes, todo como un maldito dios.
Eso era yo para toda esa gente que no existía,
que era solo una masa digna de complacerme y solo algunos despiertos eran los
que diferían en su amor por mí, algunos con errores podían ver que todo estaba diseñado
para mí.
Que todo era un sueño egocéntrico de fama
para los que se tapaban solo un ojo.
Yo era todo… En cada video de tik tok ahí estaba
yo, en cada nota periodística de chisme ahí estaba yo, en cada película ahí estaba
yo, en cada reels de Instagram ahí estaba yo, en cada mente de cada mujer ahí estaba
nuevamente yo, en cada fanático ahí estaba yo, en las bragas de mi maldita
abogada ahí estaba yo…
Yo podía hacer o deshacer no importaba… Esa
matrix era mía…
Yo escupía y defecaba en cada uno de ellos
y no importaba…
Ellos no existían realmente eran solo números
no pensantes que me complacían…
Solo unos pocos conspiranoicos hablaban de mí,
como hablaban otros, pero de mala manera, tratando de despertar a la masa, de
que algo raro había en su mundo, que no era normal que tanta importancia se le
diera a un ciudadano famoso.
Yo opacaba las noticias con mis pedos que
algunos pensaban que también eran glamourosos.
Y yo solo podía reír por dentro de
felicidad, era un jodido dios…
La droga me satisfacía, en todos lados, en
cada flor mi rostro ahí estaba…
Pero ni así era feliz, pues lo tenía todo y
ya no me llenaba… Tenia que romper normas de la matrix, hacer escándalos para
poder sentir algo nuevamente…
Para llenar ese vacío existencial que no entendía
por qué me ocurría a mi…
Y empezaron a calarme aquellos comentarios
malos que decían de mi los pocos ciudadanos despiertos de la matrix…
En mi cabello negro y largo me afectaba,
tanto que comenzaba a caerse a mechones.
Así que lo siguiente que trate de hacer en
mi cuento egocentrico era de saturar la vida de aquellos Conspiranoicos con mi
vida egocéntrica, llenaba su facebook de páginas que no seguían ellos, con
notas periodísticas de mi intrascendente vida, de reels de Instagram con cada
uno de mis escándalos, en cada una de sus redes sociales estaba yo aunque no
quisieran…
Y yo me reía a risotadas de que ningún ciudadano
de aquella matrix pudiera deshacerme de mi.
Y si no veían sus redes, entonces afectaba
a su familia, amigos o cualquier extraño que pasara junto a ellos, para que
hablaran de mí, cerca de aquel conspiranoico y no importaba por que todo estaba
echo para mí.
Y no importaba yo era todo, el padre, el
hijo y el espíritu santo…
Y había otros iguales de escandalosos, tan
solo nos diferenciábamos tapándonos un ojo…
Por las noches cuando me salía de aquel
mundo y volvía a mi vida real siempre me preguntaba, ¿si eso que hacia vivir a
esos ciudadanos que no existían en la realidad, también pasaba en este mundo? y
con aquella duda enorme me dormía.
FIN
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derechos reservados.
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