Como sabrán me encanta escribir y mas historias trágicas, he hecho varias historias cortas, estilo parodia o caricaturizando lo que me pasa en mi vida, tan solo lo mezclo todo… Otras veces estas historias tienen seres que se que jamás existirán, pero que amo.
Una historia de las primeras que escribí fue “La Venganza”, hace rato le di un final, pero no quedo muy claro cómo es que ella olvida su venganza, es por eso que decidí escribir otra parte a esta historia mía, como siempre perdura la mala ortografía y el poco entendimiento.
Tal vez el tiempo me haga escribirle a un mas, yo espero que no, pero de lo malo siempre hay que sacar algo bueno y esta historia para mi es algo muy bueno, espero la disfruten, cuídense, ciao:D
El tiempo pasó… Salí de aquel bosque y recorrí nuevos horizontes en busca de verdaderos hombres lobos, que no negaran su esencia…
Que no se camuflajearan entre aquella maldita estirpe, negándose y sirviéndoles como unos sucios cobardes...
Me adentre a nuevas veredas en otros bosques, donde el clima era cada vez más helado e insoportable…
La tormenta invernal azotaba fuertemente, no tuve otra opción que buscar un refugio y justo ahí en la perdición del silencio, con la esperanza totalmente quebrantada pues mis viajes no habían servido de nada.
Me encontré con un castillo destruido donde me resguarde del frió, pensé que moriría entre tanta soledad, resignación y coraje.
La noche callo con su inmensidad, ahí me quede esperando a lo único que me daba fuerzas mi preciada luna llena.
Estaba congelándome a pesar de prender una fogata y taparme con los tapices de lo que fueran unos lujosos sillones.
Espere la luna, pero no salía…
Entonces lo supe, era hora de morir…
Morir con un ideal perdido… Morir sin lograr justicia, morir sin erradicar la hipocresía, la maldad que había inundado el mundo en las tinieblas…
Morir sin haber conocido el amor a lado de un verdadero hombre lobo y extirpar el recuerdo de aquellos infames vampiros que solo habían jugado conmigo,
Morir sin poder arrancar el recuerdo del último y más hipócrita líder: “El despreciable Eliabeth”.
Morir siendo una loba rebelde completamente sola…
Entonces la vi tan majestuosa y enorme se asomo la luna llena, las nubes la habían tapado por varias horas…
Yo estaba débil y quede inconsciente… Su luz no pudo salvarme rápidamente…
Después de un largo tiempo de perder la razón, desperté debajo de aquel castillo, en un sótano. Un calentón de leña y una manta me protegieron del frio, alguien me había salvado…
Había comida cerca de mí… Me levante débilmente e intente acercarme a la comida.
Fue ahí que lo escuche…
-No te muevas, yo te daré de comer.
Se acerco era un monstruo enorme de 4 o 6 metros de largo, su complexión era musculosa, sus ojos eran rojos…
No podía verlo bien, su voz era dulce y grave a la vez…
Acerco aquel plato y me dio de comer, entonces bajo la tenue luz del calentón de leña, logre ver por completo su rostro…
Era un hombre lobo, el más enorme que había visto, tenia ligeras cicatrices en su rostro a lado de su ojo derecho.
- A la mitad de haberme servido y devorado el plato de comida; y notando que ya tenía un poco de fuerza.
Me pregunto: ¿A qué viniste Olivia?...
No entendía como conocía mi nombre…
Entonces sonrió:
Conozco tus pensamientos y los de todos los seres que habitan este mundo.
- Vienes a mí porque piensas que yo puedo ayudarte a salvar el mundo de las tinieblas.
- Lamento decirte que la respuesta a tu largo viaje, es otro concreto.
- No te ayudare Olivia.
Indignada le aventé el plato en su sucia cara, pues era otro hombre lobo, cobarde.
El hombre no se inmuto, saboreo los restos que salpicaron su cara, con su larga lengua y me dijo:
-No puedes salvar al mundo, no puedes salvar a las bestias de ellos mismos, no puedes salvarlos de lo que habita en sus genes, en su mente, en el laberinto de sus torcidos miedos y perversos deseos.
-Has tu vida, acepta a la raza que tanto detestas e ignora la mancha negra que nos azota.
Enfurecida decidí salir de aquel lugar… Iría en busca de otros hombres lobos que tuvieran agallas, que no me dieran discursos baratos y no fueran indiferentes al dominio de los perversos vampiros.
En mi trayecto en busca de la salida…
El hombre lobo no dejaba de hablar queriéndome hacer cambiar de opinión.
-Quieres que te de la solución a tus problemas, que juntos nos embarquemos en una guerra sin tregua para erradicar a la especie que se genera como plaga siglo tras siglo y que es más poderosa que las cucarachas o garrapatas.
-Pretendes encontrar alianza y a dioses en gente similar a ti, que juntos gobernemos el nuevo mundo.
Harta de escucharlo me regreso hacia él y con mis enormes garras le provoco nuevas heridas en su rostro animal…
Ya no quedaba nada, me había hartado de buscar, había recorrido casi todo los bosques, no había hallado rastros de mi raza hasta ese momento y era un deplorable hombre lobo, cobarde, patético como el segundo, como la primera tan solo yo.
Decidí que debía asesinarlo, empecé a golpearlo y en mi transformación sin cordura estuve a punto de arrancar su corazón…
Solo que era más fuerte que yo, me detuvo…
A un así no paraba de defenderme, de querer lograr algo
Entre lágrimas de indignación que no cesaban y recorrían mi rostro, harta de tanta vida sin sentido…
El hombre lobo me confesó la solución al problema, para que ya me calmara…
Quede muda…
El me miro con compasión.
La luna se fue, estaba a punto de amanecer…
Los dos nos transformamos a nuestra forma humana…
Sus ojos eran entre azul, gris y violeta… Su cabello era rubio en picos, era un hombre sumamente hermoso.
Su tamaño humano era de dos metros.
Se acerco a mí y me abrazo, su cálido cuerpo logro calmar mi pesar.
Luego me beso apasionadamente, la forma humana no calmo nuestra atracción, nuestro instinto salvaje.
Los aullidos de placer.
El amanecer se disolvió en el ocaso, la tormenta invernal ceso y aquel joven seguía a lado mío.
Lo veía como un sol divino…. ¡Quería matarlo!.
Pensaba en su solución al problema, no podía entender como algo tan simple y tan difícil a la vez podía acabar o calmar a esa maldita especie.
Luego vinieron a mi mente todos mis ex amores vampiros, todas mis travesías en aquel otro bosque infernal.
Desesperada decidí buscar algo en que entretenerme y me halle con un diario al parecer del hombre lobo que me había salvado, en letras grandes venia su nombre LEOMIH.
LEOMIH el navegante de mundos…
Llegue a pensar que era otro vampiro usurpando el lugar de un hombre lobo, pero no lo era…
¿Por qué seguía vivo?...
Escuche el crujir de la puerta del sótano, pensé que alguien nos estaba vigilando…
En eso LEOMIH despertó, me agarro la mano y me dijo: ¡No es quien tú crees!…
-Sé que es difícil para ti aceptar que el también jugo contigo, pero así fue, acéptalo esa es su naturaleza.
-Ya se me dirás que todos lo hicieron, pero la culpa fue tuya al creerles a un sabiendo de que especie eran.
-Todos prometen lo mismo, todos son santos…
-Es parte de tu crecimiento Olivia, al final tú nunca los quisiste, entonces por qué el rencor si el amor no se dio por ningún lado, solo amabas el concepto.
-La pantalla, no los amabas a ellos en verdad.
-Acéptalo, tu naturaleza es destrozarlos o abandonarlos, no jugar su juego.
-No hubo mártires… ¡No eres una mártir!...
-Pronto conocerás a los otros Olivia, lo que siempre deseaste esta a unas horas de suceder, yo te llevare con ellos.
-Encontraras los mismos matices que con la estirpe perversa, solo difieren los que valoren la capacidad del intelecto, los demás son bestias.
-Es tu decisión pertenecer a la clase que tú desees…
En eso LEOMIH sonríe para decir:
¡Siempre te estuve esperando!
Olivia lo mira sin sorprenderse...
Le contesta el alago con un: Gracias LEO…
FIN
Una historia de las primeras que escribí fue “La Venganza”, hace rato le di un final, pero no quedo muy claro cómo es que ella olvida su venganza, es por eso que decidí escribir otra parte a esta historia mía, como siempre perdura la mala ortografía y el poco entendimiento.
Tal vez el tiempo me haga escribirle a un mas, yo espero que no, pero de lo malo siempre hay que sacar algo bueno y esta historia para mi es algo muy bueno, espero la disfruten, cuídense, ciao:D
¡El gran Leomih!
Que no se camuflajearan entre aquella maldita estirpe, negándose y sirviéndoles como unos sucios cobardes...
Me adentre a nuevas veredas en otros bosques, donde el clima era cada vez más helado e insoportable…
La tormenta invernal azotaba fuertemente, no tuve otra opción que buscar un refugio y justo ahí en la perdición del silencio, con la esperanza totalmente quebrantada pues mis viajes no habían servido de nada.
Me encontré con un castillo destruido donde me resguarde del frió, pensé que moriría entre tanta soledad, resignación y coraje.
La noche callo con su inmensidad, ahí me quede esperando a lo único que me daba fuerzas mi preciada luna llena.
Estaba congelándome a pesar de prender una fogata y taparme con los tapices de lo que fueran unos lujosos sillones.
Espere la luna, pero no salía…
Entonces lo supe, era hora de morir…
Morir con un ideal perdido… Morir sin lograr justicia, morir sin erradicar la hipocresía, la maldad que había inundado el mundo en las tinieblas…
Morir sin haber conocido el amor a lado de un verdadero hombre lobo y extirpar el recuerdo de aquellos infames vampiros que solo habían jugado conmigo,
Morir sin poder arrancar el recuerdo del último y más hipócrita líder: “El despreciable Eliabeth”.
Morir siendo una loba rebelde completamente sola…
Entonces la vi tan majestuosa y enorme se asomo la luna llena, las nubes la habían tapado por varias horas…
Yo estaba débil y quede inconsciente… Su luz no pudo salvarme rápidamente…
Después de un largo tiempo de perder la razón, desperté debajo de aquel castillo, en un sótano. Un calentón de leña y una manta me protegieron del frio, alguien me había salvado…
Había comida cerca de mí… Me levante débilmente e intente acercarme a la comida.
Fue ahí que lo escuche…
-No te muevas, yo te daré de comer.
Se acerco era un monstruo enorme de 4 o 6 metros de largo, su complexión era musculosa, sus ojos eran rojos…
No podía verlo bien, su voz era dulce y grave a la vez…
Acerco aquel plato y me dio de comer, entonces bajo la tenue luz del calentón de leña, logre ver por completo su rostro…
Era un hombre lobo, el más enorme que había visto, tenia ligeras cicatrices en su rostro a lado de su ojo derecho.
- A la mitad de haberme servido y devorado el plato de comida; y notando que ya tenía un poco de fuerza.
Me pregunto: ¿A qué viniste Olivia?...
No entendía como conocía mi nombre…
Entonces sonrió:
Conozco tus pensamientos y los de todos los seres que habitan este mundo.
- Vienes a mí porque piensas que yo puedo ayudarte a salvar el mundo de las tinieblas.
- Lamento decirte que la respuesta a tu largo viaje, es otro concreto.
- No te ayudare Olivia.
Indignada le aventé el plato en su sucia cara, pues era otro hombre lobo, cobarde.
El hombre no se inmuto, saboreo los restos que salpicaron su cara, con su larga lengua y me dijo:
-No puedes salvar al mundo, no puedes salvar a las bestias de ellos mismos, no puedes salvarlos de lo que habita en sus genes, en su mente, en el laberinto de sus torcidos miedos y perversos deseos.
-Has tu vida, acepta a la raza que tanto detestas e ignora la mancha negra que nos azota.
Enfurecida decidí salir de aquel lugar… Iría en busca de otros hombres lobos que tuvieran agallas, que no me dieran discursos baratos y no fueran indiferentes al dominio de los perversos vampiros.
En mi trayecto en busca de la salida…
El hombre lobo no dejaba de hablar queriéndome hacer cambiar de opinión.
-Quieres que te de la solución a tus problemas, que juntos nos embarquemos en una guerra sin tregua para erradicar a la especie que se genera como plaga siglo tras siglo y que es más poderosa que las cucarachas o garrapatas.
-Pretendes encontrar alianza y a dioses en gente similar a ti, que juntos gobernemos el nuevo mundo.
Harta de escucharlo me regreso hacia él y con mis enormes garras le provoco nuevas heridas en su rostro animal…
Ya no quedaba nada, me había hartado de buscar, había recorrido casi todo los bosques, no había hallado rastros de mi raza hasta ese momento y era un deplorable hombre lobo, cobarde, patético como el segundo, como la primera tan solo yo.
Decidí que debía asesinarlo, empecé a golpearlo y en mi transformación sin cordura estuve a punto de arrancar su corazón…
Solo que era más fuerte que yo, me detuvo…
A un así no paraba de defenderme, de querer lograr algo
Entre lágrimas de indignación que no cesaban y recorrían mi rostro, harta de tanta vida sin sentido…
El hombre lobo me confesó la solución al problema, para que ya me calmara…
Quede muda…
El me miro con compasión.
La luna se fue, estaba a punto de amanecer…
Los dos nos transformamos a nuestra forma humana…
Sus ojos eran entre azul, gris y violeta… Su cabello era rubio en picos, era un hombre sumamente hermoso.
Su tamaño humano era de dos metros.
Se acerco a mí y me abrazo, su cálido cuerpo logro calmar mi pesar.
Luego me beso apasionadamente, la forma humana no calmo nuestra atracción, nuestro instinto salvaje.
Los aullidos de placer.
El amanecer se disolvió en el ocaso, la tormenta invernal ceso y aquel joven seguía a lado mío.
Lo veía como un sol divino…. ¡Quería matarlo!.
Pensaba en su solución al problema, no podía entender como algo tan simple y tan difícil a la vez podía acabar o calmar a esa maldita especie.
Luego vinieron a mi mente todos mis ex amores vampiros, todas mis travesías en aquel otro bosque infernal.
Desesperada decidí buscar algo en que entretenerme y me halle con un diario al parecer del hombre lobo que me había salvado, en letras grandes venia su nombre LEOMIH.
LEOMIH el navegante de mundos…
Llegue a pensar que era otro vampiro usurpando el lugar de un hombre lobo, pero no lo era…
¿Por qué seguía vivo?...
Escuche el crujir de la puerta del sótano, pensé que alguien nos estaba vigilando…
En eso LEOMIH despertó, me agarro la mano y me dijo: ¡No es quien tú crees!…
-Sé que es difícil para ti aceptar que el también jugo contigo, pero así fue, acéptalo esa es su naturaleza.
-Ya se me dirás que todos lo hicieron, pero la culpa fue tuya al creerles a un sabiendo de que especie eran.
-Todos prometen lo mismo, todos son santos…
-Es parte de tu crecimiento Olivia, al final tú nunca los quisiste, entonces por qué el rencor si el amor no se dio por ningún lado, solo amabas el concepto.
-La pantalla, no los amabas a ellos en verdad.
-Acéptalo, tu naturaleza es destrozarlos o abandonarlos, no jugar su juego.
-No hubo mártires… ¡No eres una mártir!...
-Pronto conocerás a los otros Olivia, lo que siempre deseaste esta a unas horas de suceder, yo te llevare con ellos.
-Encontraras los mismos matices que con la estirpe perversa, solo difieren los que valoren la capacidad del intelecto, los demás son bestias.
-Es tu decisión pertenecer a la clase que tú desees…
En eso LEOMIH sonríe para decir:
¡Siempre te estuve esperando!
Olivia lo mira sin sorprenderse...
Le contesta el alago con un: Gracias LEO…
FIN
Imágenes tomadas de la red.
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