Hola, hace mucho que ya no escribía ninguna historia de Conspiranoicos, esta vez me inspire, pero el resultado fue muy deprimente a mi parecer, planeaba ya darle un final a la acumulación de historias, pero todavía me faltan más temas de que hablar.
Solo espero que cuando llegue ya al final, pueda ser algo grato y no tan oscuro, sin más que agregar les comparto la historia con mi clásico estilo, espero que les guste, cuídense, ciao:D
Marta se percató de un hormiguero mientras caminaba y trato de no pisarlas para no dañarlas… Y entonces, pensó al verlas caminar, que aquellas pequeñas hormigas que seguían siempre un rol, acumulando alimento o protegiendo a su reina, no se diferenciaban del todo a lo que hacemos los humanos.
Es decir, un humano es alguien importante si tiene un trabajo, si tiene algo que hacer… Pero si deja de hacer todo eso que nos dictan, aunque sea irracional.
Entonces se convierte en un ser humano sin ningún fin, que caerá en el existencialismo y podrá ver lo que muchos filósofos existencialistas afirmaban y es que, al parecer, aunque muchos de los humanos juzguemos los trabajos, lo irracional de la vida.
La vida humana es tan solo eso… Si no tienes un oficio, un trabajo o un entretenimiento, si no convives, si lo quitas todo, mueres en la soledad, en la locura o tal vez en la verdad….
Si podrás contar con el tiempo suficiente para analizar todos esos misterios del universo que te parecen inmensos, los podrás poner en la palma de tu mano, hacerlos tan pequeños y descubrir de eso un puñado de realidad por fin, y saben no valdrá la pena…
Por qué el ser tan pequeño y tan títere de las circunstancias no podrá hacerte libre, no podrás evitar seguir el rol que te dicten esas manos invisibles, ese destino que te mueve quieras o no…
Y si no lo sigues, entonces terminaras aislado por falta de recursos, de amistades, te terminas atrofiando… El sistema te aísla, te invita a la muerte sino cumples el rol.
O en si la vida es la que lo hace… Tienes que vivir, tienes que caminar… Sino eres como una hormiga que a perdido su camino y se encuentra sola, expuesta a tantos depredadores.
Pensó Marta que tal vez somos como esas hormigas, y de ratos eso que llamamos dios es alguien mas grande observándonos, algo tan grande como ve una simple hormiga a un ser humano cuando no la aplasta…
Y las hormigas no ven más allá de su nariz, solo ven su camino de frente, siguen su rol, mecánicamente y eso es su vida, nacen, se reproducen y mueren, y son reemplazadas por otros y sigue su vida mecánica.
Si una hormiga se pusiera a filosofar sobre su existencia quedaría vacía, no llegaría a nada, mas que a la ansiedad, a la desesperación, de pensar que tal vez lo que conoce como su mundo es tan solo un hormiguero y que arriba de ella de ratos un arácnido los acecha, dispuesta a comerlas, asesinarlas lentamente.
O tal vez no lo haga y sus depredadores se encuentren entre ellas mismas, una hormiga parasito fingiendo ser como las otras y comiéndoselas o viviendo de su alimento…
Y algunas otras hormigas enfermarán cuando algo más grande las aplaste sin querer, ya sea un humano o un perro, y tal vez sobrevivan, pero ya no podrán ver la vida como antes, ya habrán rozado un poco de la verdad, de que no están solas, de que son vulnerables a muchos ataques y que son tan pequeñas, que solo les queda ser unidas y siempre atacar como un organismo unido.
Pero igual si volvieran analizar su existencia, no habría mucho sentido, a solo que se tenga esperanza, si a lo irracional le sacan jugo y amor.
Si no ven lo mecánico de cada día…
El humano es lo mismo, la vida no tiene sentido, y podríamos ser alimento de parásitos que no vemos y sin embargo existen, y que suelen atacarnos cuando estamos solos, cuando somos rebeldes, anarquistas y no seguimos el rol…
Cuando queremos ser solo nosotros los único que creen tener la verdad…
Y no nos atacarían por nuestro pensamiento, si no por que al aislarnos somos más vulnerables.
Y tal vez estamos siendo invadidos por estos parásitos, tratando de aislarnos de los otros cada vez mas, para devorarnos, para exterminarnos…
Luego Marta paro en seco… Suspiro y luego dijo, el problema es que la diferencia entre las hormigas y el ser humano es que nosotros también somos parásitos (aunque no lo creamos) y dentro de nuestras sociedades hay jerarquías de poder donde existen parásitos más malévolos, camuflajeandose y destruyéndolo todo.
Unos comiendo de otros, unos destruyendo a otros… Unos caminando, trabajando, enajenándose, celebrando, pensando que hacen mucho…
Solo somos un instante, una nada…
La vida no tiene sentido cuando se es humano.
La vida es muy triste cuando se analiza, cuando rozas un poco la verdad.
Solo espero que cuando llegue ya al final, pueda ser algo grato y no tan oscuro, sin más que agregar les comparto la historia con mi clásico estilo, espero que les guste, cuídense, ciao:D
Conspiranoicos: Como hormigas.
Es decir, un humano es alguien importante si tiene un trabajo, si tiene algo que hacer… Pero si deja de hacer todo eso que nos dictan, aunque sea irracional.
Entonces se convierte en un ser humano sin ningún fin, que caerá en el existencialismo y podrá ver lo que muchos filósofos existencialistas afirmaban y es que, al parecer, aunque muchos de los humanos juzguemos los trabajos, lo irracional de la vida.
La vida humana es tan solo eso… Si no tienes un oficio, un trabajo o un entretenimiento, si no convives, si lo quitas todo, mueres en la soledad, en la locura o tal vez en la verdad….
Si podrás contar con el tiempo suficiente para analizar todos esos misterios del universo que te parecen inmensos, los podrás poner en la palma de tu mano, hacerlos tan pequeños y descubrir de eso un puñado de realidad por fin, y saben no valdrá la pena…
Por qué el ser tan pequeño y tan títere de las circunstancias no podrá hacerte libre, no podrás evitar seguir el rol que te dicten esas manos invisibles, ese destino que te mueve quieras o no…
Y si no lo sigues, entonces terminaras aislado por falta de recursos, de amistades, te terminas atrofiando… El sistema te aísla, te invita a la muerte sino cumples el rol.
O en si la vida es la que lo hace… Tienes que vivir, tienes que caminar… Sino eres como una hormiga que a perdido su camino y se encuentra sola, expuesta a tantos depredadores.
Pensó Marta que tal vez somos como esas hormigas, y de ratos eso que llamamos dios es alguien mas grande observándonos, algo tan grande como ve una simple hormiga a un ser humano cuando no la aplasta…
Y las hormigas no ven más allá de su nariz, solo ven su camino de frente, siguen su rol, mecánicamente y eso es su vida, nacen, se reproducen y mueren, y son reemplazadas por otros y sigue su vida mecánica.
Si una hormiga se pusiera a filosofar sobre su existencia quedaría vacía, no llegaría a nada, mas que a la ansiedad, a la desesperación, de pensar que tal vez lo que conoce como su mundo es tan solo un hormiguero y que arriba de ella de ratos un arácnido los acecha, dispuesta a comerlas, asesinarlas lentamente.
O tal vez no lo haga y sus depredadores se encuentren entre ellas mismas, una hormiga parasito fingiendo ser como las otras y comiéndoselas o viviendo de su alimento…
Y algunas otras hormigas enfermarán cuando algo más grande las aplaste sin querer, ya sea un humano o un perro, y tal vez sobrevivan, pero ya no podrán ver la vida como antes, ya habrán rozado un poco de la verdad, de que no están solas, de que son vulnerables a muchos ataques y que son tan pequeñas, que solo les queda ser unidas y siempre atacar como un organismo unido.
Pero igual si volvieran analizar su existencia, no habría mucho sentido, a solo que se tenga esperanza, si a lo irracional le sacan jugo y amor.
Si no ven lo mecánico de cada día…
El humano es lo mismo, la vida no tiene sentido, y podríamos ser alimento de parásitos que no vemos y sin embargo existen, y que suelen atacarnos cuando estamos solos, cuando somos rebeldes, anarquistas y no seguimos el rol…
Cuando queremos ser solo nosotros los único que creen tener la verdad…
Y no nos atacarían por nuestro pensamiento, si no por que al aislarnos somos más vulnerables.
Y tal vez estamos siendo invadidos por estos parásitos, tratando de aislarnos de los otros cada vez mas, para devorarnos, para exterminarnos…
Luego Marta paro en seco… Suspiro y luego dijo, el problema es que la diferencia entre las hormigas y el ser humano es que nosotros también somos parásitos (aunque no lo creamos) y dentro de nuestras sociedades hay jerarquías de poder donde existen parásitos más malévolos, camuflajeandose y destruyéndolo todo.
Unos comiendo de otros, unos destruyendo a otros… Unos caminando, trabajando, enajenándose, celebrando, pensando que hacen mucho…
Solo somos un instante, una nada…
La vida no tiene sentido cuando se es humano.
La vida es muy triste cuando se analiza, cuando rozas un poco la verdad.
Fin.
2 comentarios:
Me encantó el post, gracias por compartirlo. Besos
Que genial!!besos
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