Princeso
Dimitri era el Príncipe más Hermoso del
reino de Lebea, soñaba con una linda Princesa que lo rescataría de su castillo
y le daría todo lo que él necesitaba.
Dimitri hombre rubio, cabello largo y ojos azules, cuerpo escultural y porte
varonil, miraba a todas las mujeres de lado y hacia abajo, chocaba el zapato de
su tacón al piso, queriendo hacerse notar…
Era la delicia que hipnotizaba a todas las princesas de todos los países, pero
nadie sabía que Dimitri tenía un defecto enorme, era un hombre horrible por
dentro, su soberbia era deplorable a un grado aterrador, no miraba a las
mujeres y si las miraba era de forma repugnante.
Su cerebro estaba tan atrofiado por tantas banalidades… Sus padres nunca le
enseñaron humildad y su belleza en vez de ayudarlo, lo convirtió en un monstruo
que necesitaba que todo el tiempo, lo alagaran, lo veneraran…
Era un hombre bello pero hueco, cruel y maldito… El se comportaba como toda una
Barbie Rapunzel , pensaba que una princesa debía rescatarlo de su castillo, que
las mujeres tenían que rendirle honores, todas tenían que estar a la altura de
su belleza, de sus malos tratos, a todas las cambiaba a su estilo.
Siempre quería dominarlo todo… Sus mujeres dejaban de ser ellas, para
convertirse en algo que le agradara a ese hombre totalmente hueco.
¡Es increíble lo que la belleza provoca en los demás! …
La Princesa Catrina, un mal día callo en las garras de Dimitri, se hipnotizo
con su belleza… Ella al igual que él era sumamente bella, su cabello largo
castaño, sus ojos verdes, su piel blanca, cuerpo esbelto, con hermosas curvas.
Decidió visitarlo desde un reino lejano…
La primera vez que lo vio fue en un baile, toda la corte real estaba presente,
así como varios Príncipes de otros reinos…
Miles de mujeres le llevaban ofrendas, las abría y las devolvía, con muy pocas
se quedaba, pues no todas le gustaban…
Hermosas Princesas lo invitaban a bailar pero él no bailaba con ninguna y si
bailaba duraba tres segundos y las dejaba…
En su cuarto real solía verse al espejo y contemplar su belleza, agarraba su
peine dorado y comenzaba a desenredar su larga cabellera brillante, luego
releía aquellos libros de mitología, de Princesas, se creía una de ellas,
mientras suspiraba…
Se lavaba el rostro por las noches, se bañaba en leche como Cleopatra, le ponía
rosas y aceites, se cuidaba a un punto exagerado… Que daba escalofríos.
Dimitri era la reencarnación de Adonis, Narciso pero en versión chafa…
Catrina llevo a su castillo unas ofrendas esperando que este la mirara, le
diera una cita, pero el solo recogía las ofrendas y se iba…
Catrina comenzó a sentir inseguridad porque ese hombre no la miraba como los
demás, por que todas las que estaban con él tenían que asumir el papel del
hombre, hacerlo todo y porque ella no podía dejar de pensar en otra cosa, más
que en ese zoquete de Rapunzel.
No le importo, aquella mujer llegaría hasta las últimas consecuencias para
atraparlo, era muy ilusa la Princesa.
Miles de ofrendas le llevaba Catrina y nunca la miraba, entonces decidió llegar
un día con un enorme escote, para provocarlo pero él no la miro…
Luego fingió que se le cayó algo y los súbditos del Príncipe, casi morían de
ver a tan hermosa mujer, uno se desmayó de la impresión y otro huyo…
Ella entonces decidió dejarse de tanta tontería y le confesó su amor al
Príncipe, este le contesto:
-Interesante, toma cita con mi súbdito para vernos después.
Luego tomo su chaqueta y tapo a la hermosa Catrina, para que no siguiera
desmayando a sus súbditos…
Catrina casi muere por que nunca pensó que ese hombre tuviera un detalle
amable, solo que esto en vez de solucionarlo la hizo hundirse más en algo que
no valía la pena.
EL súbdito le dijo que su número era el 1800, ella quedo impresionada no podía
esperar tanto para volverlo a ver…
Así que se quitó la chaqueta y el hombre le dio el número dos, mientras se
volvía a desmayar.
Luego le dijo solo hay algo que tiene que tomar en cuenta para que Dimitri,
acepte la cita…
Primero deberá traerle un buen banquete de comida de todo lo que a él le gusta…
También tendrá que pasearlo en un carruaje lujoso, por los lugares que más ama,
pero sobre todo debes lograr hacerlo reír.
Catrina había gastado gran parte de su fortuna en llevarle en varios meses,
miles de presentes…
Necesitaba tener a un más dinero, para comprarle todos sus caprichos y que este
la aceptara…Así la dulce Princesa se armó a una guerra sin ningún sentido, tan
solo para obtener los recursos que necesitaba y conquistarlo.
La guerra tenía que durar lo menos posible y ganarla rápidamente, se convirtió
en una sádica amazona y decapito al rey de aquella nación, con tal de conseguir
el dinero lo más rápido posible y comenzar con los preparativos.
Llevo el banquete favorito de Dimitri, el carruaje, lo saco de su castillo como
una Princesa de cuento, como él siempre lo había deseado…
Al llegar a su castillo con la comida el Príncipe decidió checar el menú, lo
miro como miraba todo lo que él creía no tenía valor… Y no comió nada, pues la
Barbie de Dimitri, se sentía indispuesto…
El baile estaba preparado, pero él no quería bailar, no podía bailar el paseo a
todos esos lugares que amaba, lo habían cansado.
En eso recuerda Catrina, que ese paseo fue lo peor que pudo vivir, aquel hombre
no dejaba de hablar de sí mismo y lo grandioso que era.
A Catrina comenzaban a salirle las venas de coraje… Había hecho una guerra a un
reino sin ningún fundamento, tan solo para poder darle todos los caprichos que
deseaba y el muy idiota estaba indispuesto.
Mientras él le decía que necesitaba un condimento más en su comida, ella
recorrió el castillo rumbo a la cocina a punto de explotar de coraje, escucho a
una de las cocineras quejándose de otro Principe al cual miraba mucho Dimitri.
Decía que el tipo no era más que un Princeso… Que ella trataba de darle todo
con tal de que le hiciera caso, pero este solo jugaba para luego romperle el
corazón, haciéndoles caso a otras mujeres, el nunca la miraba… No la aceptaba
por no tener sangre azul, ni un principado, ni su mismo nivel o color de piel.
Se había hartado de él, porque era un hombre vacío, vacío… ¡Lo odio! … Esto lo
contaba con tanto coraje la sirvienta a la otra, que se identificó con ella.
Volvió Catrina a la mesa con el ingrediente que necesitaba Dimitri, este le
dijo que ya no lo necesitaba, pues después de todo no comería nada, ya que su
indisposición a un no se quitaba.
Catrina le salía fuego por los ojos, pero aguanto…
Ya había aguanto bastante, necesitaba saber que era lo que la tenía hipnotizada
de ese Príncipe, que al mirarlo bien no era tan guapo.
Terminaron la comida y lo acompaño a su alcoba, él le contaba de sus triunfos,
de su cabello, de sus padres…
Dimitri era un niño mimado dentro de un cuerpo de hombre adulto… Catrina
decidió callarlo, no aguanto más cerró la puerta, lo beso y se comportó como
todo un hombre llena de incontrolable pasión, le arranco la ropa…
El Príncipe correspondió los besos, la pasión, comenzó a tocarla, la pasión se
intensifico y justo cuando comenzarían a tener sexo algo horrible descubrió
Catrina, pues por más que se movía queriendo darle placer no lograba
satisfacerla.
Era como si en vez de un pene, tuviera una vagina y estuvieran teniendo sexo
lésbico…
Aventándose una tijerita…
Catrina quedo horrorizada, sin embargo el Príncipe estaba tan emocionado, su
corazón parecía salirse de tanto palpitarle por lo bien que la estaba pasando,
llego a la erección y grito como una dulce damisela… Catrina no tuvo que
fingirlo, pues a él solo le importaba su placer.
De pronto lo observo en ese éxtasis… Dimitri no solo era un niño mimado dentro
de un cuerpo adulto más bien era una niña queriendo siempre ser la estrella, la
Barbie.
El necesitaba tanto amor, pero ella no estaba dispuesta a dárselo, si tenía que
cambiar su esencia y aguantar malos ratos sexuales para lograrlo.
Catrina se vistió y se fue…
El príncipe le dijo que le llamara y ella confirmo con una sonrisa hipócrita.
Después saco una rosa blanca y se despidió de él.
La Princesa se subió a su carruaje y se
puso a pensar en todo lo que había hecho por ese hombre, todo lo que le había
regalado, lo que le había hecho pasar exponiéndose a peligros. Gritando en voz
alta dice:
¡Para que no supiera coger!
No cabe duda decía Catrina, no es más que un pinche Princeso.
FIN
Egocéntrico
¡Te quería conocer!... No dejaste, eras
demasiado o al menos, así es como te sientes constantemente, ves a la gente por
el hombro, levantando la cara; caminas como si estuvieras en una pasarela y tú
fueras el único anfitrión… Pasas sonriendo, sonando tus zapatos con tus
talones, eres vanidoso...
Las demás personas tienen que alabarte para convertirse en tus amigos, las
personas te rodean o al menos eso es lo que crees mmm… ¡Que lastima me das!…
Pensé que tenías cerebro, pero no eres más que una
linda fachada que para mi lamento también hubo de deslumbrar; me olvide que
existían otras cosas más importantes que tu belleza no me daría.
Gracias por recordármelo con tu lindo comportamiento, tan especial y tan
usual en las personas como tú.... A la mejor no es tu culpa, la gente te ha
hecho creer que te deben adorar bueno la sociedad, imponiendo cada década un
estereotipo de belleza diferente… Tu genética te favoreció, no sé si para tu
suerte o por el contrario para maldecirte... El caso es que toda tu vida has
vivido engañado, tus padres no te enseñaron lo que era la humildad y la gente
que te halaga, que se somete a tu voluntad, tan solo lo hace por un trueque...
Donde te entrega palabrería falsa a cambio de un instante de placer fugaz...
Ahora te has convertido en un ser soberbio y egocéntrico... Que piensa que su
belleza durara eternamente, que tiene tanto y a la vez nada… Solo aquel poder
exterior que el tiempo se dedica en marchitar y la muerte en llevar… ¡Entonces
es cuando recordaras lo puta que fue tu vida!...
Historias creación de Cecy Gutiérrez,
todos los derechos reservados.
Imágenes tomadas de la red.
2 comentarios:
La belleza exterior no es suficiente para llenar toda una vida. Un ser tan egocéntrico creo que no es la mejor compañía ¡ara ser feliz.
Hizo bien en alejarse del princeso.
Saludos
Jaja si, gracias por comentar:D
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