jueves, 26 de septiembre de 2013

The wolf: El monstruo.

Hace tiempo borre mi blog de desahogo, donde escribía mis deprimentes pensamientos, mis historias trágicas llenas de mala ortografía, solo que han pasado los meses y me he dado cuenta que necesito escribir mis malas historias, para ser yo.


Es por eso que publicare una vieja historia que dedique a una persona la cual ya odio y a un gran misántropo que tocaba hermosas melodías. Espero les agrade:D



El monstruo



Cuenta la leyenda decía Jesús…
Que en la casa de la esquina habita un monstruo…

El monstruo es débil… Es un cobarde no como la gente bella… ¡No como nosotros!… No como las personas que deberían habitar el mundo…

El monstruo maldice a montones… Quiere derribar a los fuertes pero no puede… Cree que criticando a terceros podrá salvarse…

Por las noches un llanto incontrolable se escucha… Es aquel monstruo lamentándose por esa imperfección tan deplorable… Y es que podría ser más, pero no quiere; no ha tenido las agallas esas que tenemos nosotros… ¡Las estrellas, los diamantes!…

El monstruo se enamoro de afrodita pero esta lo rechazaba… Lo maldecía en canciones… Odiaba que un ser tan repugnante como él, pudiera si quiera tener pensamientos sobre algo hermoso, majestuoso como ella… ¡Le incomodaba tanto!… Propagaba por todos lados, que debían asesinar al monstruo, pues trastornaba su calma… ¡Sus perfectos sueños lucidos!…

Llamo a los payasos y el telón se abrió en el teatro del pueblo… Comenzó la obra maestra… Toda esa gente de sociedad aclamaba al rey de los bufones… A ese diablo humanoide cantando el himno de la perfección… Mintiéndose a sí mismo, pensando que era igual que ellos… Se comportaba como tales para agradar, no se daba cuenta que afrodita lo tenia del cuello… ¡Como un jodido perro!... ¡Como a todos sus amores!…

Cantaba las letras que componía su amada… Le gritaba a ese monstruo que la dejara… Pues le ocasionaba asco… ¡Y sentía ñañaras!… Le decía que dejara de maldecir a su amada, pues ella era una diosa y el solo un abominación, un castigo de dios… Que se buscara cualquier gato feo que caminara por sus rumbos… Y dejara de ver al cielo, las estrellas… Desear su mundo y sus grandezas…

El monstruo encolerizado quiso borrar sus recuerdos, pues el mensaje había llegado a su destinatario… Se encerró en aquella casa vieja y nunca volvió a salir… Componía poemas de desamor, historias trágicas, canciones en respuesta a su amada… Quería defenderse, pero un día se dio cuenta que afrodita tenía razón, el solo era un humano deforme, miserable y cobarde jamás podría alcanzarla… ¡Y después de todo ya no le interesaba!… Se dedico a maldecir a todos esos humanos que aun siendo de su especie, eran tan diferentes…

El payaso diabólico seguía maldiciendo al monstruo, sacando frases de las tinieblas… Figuras retoricas que escondían sus letras… Hipérboles, estrofas, paradojas e ironías eran su pan de cada día.

Se reía afrodita junto a su bufón del llanto de aquel patético monstruo, tan humano… ¡Habían ganado!… Sus sueños ya no eran pesadillas… Ya eran unicornios, dulces nubes, cielos limpios…

Los años pasaron y las obras dejaron de gustar al pueblo, querían otro tipo de variedad…Ya no querían escuchar de la existencia de aquel deforme…

El tiempo pasó… Y la vida de aquel monstruo se convirtió en un cuento fantástico, en algo difícil de creer… Solo las personas que vivían cerca de su casa, escuchaban un pequeño lamento por las noches…

Dicen que una ciega un día se atrevió hablar con el… Pues deseaba ayudarlo…

Todos la detenían… ¿Cómo era posible?... ¿Cómo juntarse con un ser que difería de lo nuestro, de lo hermoso, de la valentía?

La ciega entro a la casa abandonada, percibió al monstruo con sus sentidos…Aquel hombre se cubría el rostro, gritaba con fuerza…

Y le decía: ¡Vete deplorable humano!… ¡Largo, ente lleno de asquerosa vida!…

¡Largo, que no escuchaste!...

La mujer no se iba, no sentía miedo… Ella percibía algo que su especie, su monarquía nunca podría apreciar… Era la belleza interior, el daño emocional… Las heridas que siempre se pueden sanar…

Toco su cara y sintió aquellas grietas… Su cabello grasoso y descuidado… Sus ojos enormes, fatigados y profundos… El monstruo quería asesinarla pero era débil… ¡Necesitaba amor!….

Al sentir el aura de aquella mujer ciega… ¡No pudo hacer nada!... Se quedo maravillado pues nunca creyó experimentar en un pueblo hundido por la riqueza, el estatus, el poder y la vanidad… ¡Algo tan humilde, tan hermoso!…

La mujer le dijo que ya no llorara… Que dejara de desear las farsas que gente hipócrita le pintaba… Que viera la belleza que existía en su alma, que la vida seguía y que perdonara…

Que el sol según escuchaba era muy brillante, la luna era tan grande, deslumbrante… La naturaleza era perfecta… Mientras le describía detalles la mujer estaba bañada en lágrimas, pues nunca había visto el sol, ni la luna… ¡Pero aun así era feliz!…

Le dijo que a pesar de todos esos malos momentos, haya fuera había más que un pueblo, que saliera de su cueva, de su sombra y que viera con los ojos del alma... Detrás de unas percepciones, de un blanco-negro, de un odio-amor…

Le enseño un espejo y por primera vez el monstruo se vio en el… ¡Tenía tanto miedo!… Observo con detalle y descubrió que efectivamente era un humano… Que no era perfecto, pero tampoco era tan feo… Siguió mirando ya no al exterior, si no a su interior descubrió razones que le incitaban a descubrir el mundo, a luchar por él… Y por aquella mujer….

Salió de la deplorable casa… Busco sus sueños, no los de otros… Encontró junto a esa mujer razones suficientes para vivir… En agradecimiento le escribió poemas, historias y canciones que detallaban el perfecto mundo que él un tiempo no quiso ver…


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