sábado, 24 de enero de 2015

Fumada de locura: Ajena.


Hola, nuevamente aquí con una historia o simple sentir mío hacia los hombres, un escrito muy feminazi ajajaj, que quise hacer luego de ver series descaradas promoviendo el comportamiento patán de los hombres, siempre alagándolos.


Pensé en portarme como persignada y juzgarlos en una historia, pero creo que todos somos iguales y no tiene caso hacerlo, solo hacerles saber que no son los únicos que juegan, sin más que agregar me despido, cuídense,ciao:D


Ajena.

“Sé que el hombre que he de amar, no se encuentra en este mundo”.



Los observo, aquellos hombres guapos…

Pienso entre mí, que talvez debería ser un hombre, pues los veo como ellos nos ven a nosotras.

Simples objetos, no ellos no tienen sentimientos, me quedo muy claro al conocer a mi tercer novio.

Bueno, me quede claro desde antes.

Los observo deseosa por besar sus bocas, pasar un buen rato y nunca involucrarme en una relación.

Las relaciones de pareja son complicadas y son una mentira.

El principio tiene un fin… A la mitad de la relación ya conoces demasiado a tu pareja y desearías rebanar su cuello, cortar su lengua para que ya no hable.

Evito el melodrama, porque siempre termina en finales trágicos.

En hombres resentidos o queriendo dominarte.

En hombres misóginos y abusivos.

En hombres mosquita muerta que te hacen durar, para al final sacar toda su porquería… Un espécimen peligroso y considerado por mi como el peor de todos.

Hombres que creen que te han hecho, cuando no te han dado nada y solo son estorbos.

Hombres que gustan de ofender a sus parejas, porque creen que eso los hace más hombres.

Y los vuelvo a visualizar, como lo que son… ¡Carne!

¡Chuletones!

Carne buena…

Carne regular…

Carne mala…

Deseos que se extinguirán en un momento y que no necesitan de tanto drama.

Mientras observo a mi presa, pienso que talvez yo también soy la presa de otros.

Y que nos quitaremos los deseos en aquellos besos apasionados…

Viene a mí, finjo no verlo, no darme cuenta.

Hasta que ya se acerca y me habla

Me pregunta mi nombre.

Y es ahí el momento importante cuando sabes si un hombre valdría un poco la pena o no.

El hombre hace platica tan amena que hasta da risa. Entonces lo comprendo es de aquellos hombres primitivos, que son solo para el momento.

Las mujeres nunca notan ese detalle, un hombre que le interesas bien, platicara contigo por horas, un hombre que no quiere involucrarse y simplemente no le interesas, jamás tratara de descubrir que te gusta, que te mueve, que hay en tu cabeza.

Evitará la plática a toda costa, no pasara de lo trivial, táctica que yo como mujer decidí robarles.

Pero no se confundan a un con circo, siguen siendo lo mismo y puedes interesarle, pero no necesariamente te amara.

Ni será el amor de tu vida o tu esposo…

Tu novio… Pueden serlo, pero nunca dejaran de ser hombres primitivos.

Al final termina con la típica pregunta mi pretendiente: ¿Oye te puedo dar un beso?

Lo dudo un rato, para luego ver sus hermosos ojos y sentirme atraída por una atracción magnetica.

Lo beso…

Al instante conozco si es buen besador o no.

Al acabarse la fiesta en aquel antro… El hombre finge que realmente quiere seguir tratando conmigo, me pide mi teléfono o una actual red social.

Yo rio por dentro…

Son tan predecibles, que podría hacer un libro completo y tan corto de lo que cada hombre es y no fallaría en ningún tiempo.

Claro si hablamos de humanos…

A un con todo, le doy mi número.

Digo es parte del circo de la conquista.

La mayoría de las veces no se los doy, no tiene caso…

Es una maroma innecesaria y para ellos importante en cuestión de chicas ingenuas.

Al salir del antro, veo otro hombre que me gusta y él se acerca…

Me pide un beso, lo veo nuevamente…

No quiero besarlo, pues ya he besado a uno…

Pero por alguna razón, lo hago.

El tipo me gusta más que el anterior ¿y por qué no?...

Sin embargo, luego siento una mirada penetrante… Volteo y es el primer tipo que bese mirándome sorprendido, como si su corazón explotara y a la vez siguiera intacto.

Sé que como buen macho, no me bajara de zorra.

Claro en este mundo diseñado para ellos, solo ellos tienen derecho a comportarse en formas crueles.

Lo ignoro…

No es mi novio y aun si fuera, no es mi dueño.

Supongo que fue la vida, lo que me llevo a verlos como lo que son.

Trozos de carne.

Sin sesos.

Ni materia gris en ese cerebro, sin tacto a la hora de comportarse.

Con sus maneras sin vergüenza de engañarte en tu cara, de voltear todo y siempre apuntar hacia la mujer y tacharla de maldita.

Mujer maldita ese sería mi nombre.

Recuerdo a un ex abusivo, pedante y estúpido con el que perdí mi valioso tiempo y siento repugnancia.

Él se quejaba, porque yo lo había engañado…

Mientras por dentro yo me cuestionaba: ¿Y cómo no hacerlo?

Los malos tratos espantan a cualquiera.

Obviamente quería terminar con un tipo así, pero era tan rogón, tan hipócrita, tan santurrón siendo un infiel igual que yo.

Al ver toda su porquería, no pude hacer otra cosa que engañarlo, cortarlo y buscar algo que nunca encontraría en él, en ellos.

No podía entender su resentimiento, su circo, su deshonra.

¿Cuál deshonra?...

Los malos tratos no seducen a nadie y sin embargo es la ley que impera en los hombres primitivos todo el tiempo.

Su deseo de querer dominarlo todo.

Dejo de besar aquel nuevo pretendiente…

Y paso a lado del otro sin mirarlo, sin importarme…

Ellos no tienen sentimientos, no pueden tenerlos…

Los hombres son como los niños de pequeños, ¡son de hule!…

Nunca sienten, saben fingir que es distinto.

La única diferencia entre un hombre zorro y una mujer zorra, es que la mujer puede caer y enamorarse en algún momento.

Por maldición de un ente o genética.

Pero el hombre nunca lo hará.

Mientras camino y me observan…

Recuerdo todas esas bocas que he besado, sin recordar sus rostros, sin recordar sus nombres…

Malos besos, buenos besos…

Tipos que realmente son detestables, que ni para ser besados sirven.

Y que aun con su ser detestable, pretenden ligar.

Lo mejor es huir…

He conocido diferentes fases de su conquista, todas predecibles para mí.

Pero la que más molesta o nunca sirve, es la del tipo pedante loser.

Que insultan y alagan…

Ha esos hombres deberían exterminarlos, para que no dejen crías.

Sin embargo el mundo es de ellos.

Recuerdo mis noviazgos con varios tipos así.

Y me maldigo a mí misma.

Deseando que al morir y regrese ese tan sonado Deja Vu, no pasen sus recuerdos por mi mente, porque fueron un total desperdicio en mi vida.

Un horrible error, difícil de perdonarse a uno mismo.

Están los extranjeros, aquellos idiotas que piensan que por qué son extranjeros tienen pase directo hacia todas las mujeres de ese país.

Nunca me ha gustado alabar extranjeros…

Si no alabo a los de mi país, porque a los otros, para mis todos son humanos…

Y los hombres no cambian, ni con distinta nacionalidad.

Son primitivos por herencia y se acabó.

Pero para muchos extranjeros o farsante la nueva forma de ligar es cambiar su acento y fingir que son de otro país y que tú eres la mujer más hermosa.

Y pensar que pueden ligarte tan rápidamente que creen que uno se acostara con ellos.

Por suerte me gustan los hombres solo para besarlos.

Se lo hago ver…

Y me pierdo en la boca que se esconde en otra nacionalidad y a la vez es lo mismo.

Algunos extranjeros son muy guapos, otros no.

Algunos tienen un toque interesante, pero la mayoría mienten por segundo.

Igual que todos, pero más descaradamente.

Como si pensaran que la única forma de conquistar a una mujer, fuera esa mentir.

Algunos hacen su circo, otros no.

Por una extraña razón, prefiero a los que no lo hacen…

A los que no fingen que realmente te quieren conocer, cuando no lo desean.

Pero aquellos patanes bonitos son simple gusto para el momento.

Por qué tener una relación con un sin vergüenza que tiene a otras y a ti.

No es gusto para mí.

No creo que un hombre merezca tanto…

Y se de todos modos, que algunos dirán que son tuyos y serán de todas.

Pero ojos que no ven, corazón que no siente…

Y talvez ese hombre valdrá la pena en un sueño de humo.

Por suerte las relaciones de pareja no son lo mío.

Ni los sueños de humo.

Guapos, masomenos, interesantes, que te hagan reír…

Hombres…

Simples hombres del montón…

Humanos decadentes.

Llenos de desperfectos, imposibles de amar.

Siempre juzgando a la mujer.


Putas, zorras, ardidas, apretadas, lesbianas, se sienten muy buenas y no es para tanto.

Pienso que en algún momento dejare de desearlos.

Que gustaría de ratos desear mujeres, pero no me gustan del todo…

Además de que todos somos humanos y todos siempre lo mismo.

Entonces recuerdo que a un hay más bocas que besar, que todavía hay más alcohol que tomar, que todavía hay vida por delante…

Mientras escribo estas palabras leídas que 
sé que serán objeto de odio, resentimientos y puritanos juzgando.

Uno nunca debe decir lo que siente menos siendo mujer, puedes quemarte…

Uno nunca debe revelar sus artimañas…

Y sacar a relucir aquel lado oculto que todos esconden, detrás de relaciones y antifaces.


FIN



Historia creación de Cecy Gutiérrez, todos los derechos reservados.

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