domingo, 4 de septiembre de 2016

Conspiranoicos: Un extraño en otro mundo.

Experimentaba con monos… Tontamente, combine mis genes con algunos.

Todo por el placer de divertirme, esa fue mi ruina ¿o no?...

Y llegue aquel mundo como turista, mientras me halle a los monos ahora un poco más evolucionados, la inteligencia sin sabiduria, se convirtió en psicopatía y en tiranía. 

La astucia de algunos monos que avanzaron rapidamente, hizo de los otros monos ingenuos su esclavitud y su retroceso, a manos de estos mismos, que descubrieron el secreto para vivir comodamente a expensas de los otros. 

Todo dominados por los monos iluminados y sus lindas tretas.

Aquellos otros caían solo por miedo.

Comenzaron apropiarse de lo que no era de ellos.

Es decir, la naturaleza…

Y los otros no podían ver más allá de las ilusiones y el abuso de los monos abusivos.

Mientras me comía un helado vestido con mi túnica blanca, observe como un soldado mono arremetía a golpes con un chicote a otro de sus semejantes.

Este era su esclavo…

Mientras el otro le pedía clemencia, no pude más que sentir lastima por los dos animales.

Sin embargo, calle y no hice nada.

Vi al principio de mi experimento, cómo los monos que se creían inteligentes, se apropiaron de la tierra de un lapso a otro, todo tan rápidamente.

No pude más que expresar una enorme “O” de sorpresa por mi boca.

Al ver como el otro sumiso, le hacía caso a su agresor mono, de que aquella tierra libre, resultaba ahora ser suya…

Mientras orinaba el campo, como un perro marcando su territorio.

El otro se sometía a sus órdenes también por miedo.

Adentro de mi decía, la tierra no es de nadie, no es de ellos no seas tonto.

Los demás acontecimientos que abarcaron aquel experimento, fueron circunstancias de lo mismo…

Pero incitarlos atacar a sus agresores no era la solución, la solución se hallaba en aceptar su naturaleza pasada de independencia propia, esa que tontamente les cambie por un poco de raciocinio, raciocinio que se elevó y que otros supieron aprovechar muy bien para sus propios fines.

Fundando miedo o no dejándolos crecer evolutivamente, desde su nacimiento, para poder vivir de los ingenuos monos.

Así inventaron infinidad de maldades con astucia, desde comida chatarra, venenos, tecnología dañina, hasta cultura de estupidez, division por ideologias y el miedo a rayos o comidas esenciales.


 ¡Hasta con el clima y desastres naturales, se la jugaban!
 
Ahora eran como su creador, también ellos experimentaban y jugaban a ganar.

Así predique la filosofía del amor, del no conflicto con mi avatar humano, con la única finalidad de que no le dieran de comer a esa otra especie.

Todos me creyeron el bueno, pero no era el bueno…

Solo que me alimentaba de sus otras emociones, y también ellos podían, pero eran sádicos y talvez después de todo yo era muy hipócrita.

O bien tenia corazón, algo que ellos ya no sentían.

Me dedique ayudar a machos y hembras mono, pasando desapercibido…

Luego entendí, que fue una tontería pues estos los culpaban de herejía.

De monos con poderes sobrenaturales y a un más los deseaban castigar.

Veían en ellos posibles enemigos, a si fuera un bebe mono indefenso.

Estaban tan psicotizados por hacer tanto desastre en concretos de mentira, en asesinar ingenuos o sabios, robar tierras y recursos naturales que no les pertenecían…

Que todas sus maldades y locura con ese cerebro, les hizo ver enemigos en todas partes.

Ellos no podían ver a su verdadero enemigo, no querían o lo veían, pero no les importaba.

Se resignó la mayoría, como aquellos insectos que les marcan líneas imaginarias, que creen no poder traspasar nunca.

Como aquellos elefantes traumatizados, que un día ya son liberados, pero nunca pueden verlo.

Con mi avatar, alimente una gran obra, al igual que la de ellos, deseaba tanto ayudar a la evolución con sabiduría, que un día note que me olvide de mi vida.

O bien deseaba comer de esas emociones positivas, que se les imposibilitaban tanto.

La destrucción en ellos, era asfixiante.

El conocimiento no procesaba bien en un animal.

Me canse del experimento, de jugar, justo a tiempo, pues como buena tiranía, el haber resaltado no jugo a mi favor, el arruinarles los planes a unos cuantos monos aprovechados, me condeno.

En realidad, nunca hice nada, solo les enseñé sabiduría para liberarse, les hice ver lo evidente.

Y me crucificaron, por suerte era un avatar, mientras fingía llorar en aquella cruz por mi sufrimiento, pronuncie unas palabras para evidenciar su estupidez de monos.

Además de sus logros baratos al asesinarme.

Medite en aquella tumba, lo que debería hacer.

Ahí supe que también yo fui el malo, por darles un don que no merecían.

Por querer salvar a los que no deseaban ser salvados, por interferir en su evolución… En realidad, todos eran tan egoístas, solo veían por sus propios intereses.

Me harte de la falsedad, de su materialismo y de sus éxitos vacíos.

Me morí de hambre queriendo encontrar su felicidad, cuando debí buscar la mía.

Así que arme una última estrategia, una última esperanza para que mi experimento no fallara y se arruinara.

Resucite al tercer día, mientras subía mi avatar por los cielos, sacándolo de aquella pecera…

El mensaje era claro y lo tergiversaron…

Ustedes también pueden salir…

Ustedes no deben alabar a nadie, ni seguir a nadie, todo ya estaba en la naturaleza,
¿porque se someten?...

Y dios no es un hombre… Es naturaleza y está en todas partes.

Aunque la respuesta era obvia, entonces supe que levantarse o ser pasivo, todo era una porquería, infundada por los monos ilusionistas y maquiavélicos con logros baratos, pelusas consumidos por el poder.

Aquellas putas adictivas que nos compraron con concreto y fantasía.

Al final me solté a carcajadas, me di cuenta que era tan solo un pobre loco común alucinando con estupideces del mesías…

Adoptando otro cliché de loco, inducido por mensajes subliminales descarados de Hollyshit, pre programado a repetir las mismas estupideces que se decían en todos lados, tan confundido e intoxicado, ya no sabía si esto era real o no y por eso los detestaba tanto… Jugaban demasiado con mi mente, que es natural desear su muerte.

Luego recordé que nunca he amado a nadie, y esa era mi única hipocresía, mi pecado, el querer salvar lo insalvable, lo que no me correspondía, lo que yo tampoco quería.

Y las religiones no eran más que una historia única, sin imaginación donde los dioses de todos los países eran los mismos con otra etnia, otro color y otros nombres, hechos exclusivamente con el fin de someternos…

Dividirnos a dos bandos de destrucción o pasividad, que servían siempre a sus causas, nunca a la independencia propia…

Ni hablar ya no podía responder, era un loco, ególatra y adicto a las pendejadas de las putas con vestidos rojos, que me condene a perecer en su infierno como un espejo que siempre les reflejara lo mismo. 



FIN.

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