martes, 8 de abril de 2014

Hombres castigadores…



No debería contar mi vida privada, pero sinceramente siento mucho coraje…
Yo creí que no volvería a caer con otro patán y caí como una ilusa, para colmo de males le di el privilegio de ser mi novio a este sujeto, luego de años de haber evitado una relación, porque yo sé como son los hombres en mi país y de repente caí otra vez jjajja. 
Supongo que es el problema de ser mujer, a veces pierdes la cabeza… Dicen que uno no debe hablar mal de sus ex parejas, pero mi ex no es un hombre era un cerdo, un hijo de puta. Pero no crean que por qué me engaño, de hecho no lo hizo, solo era un hombre que me quería castigar, controlar, hacer sentir mal y créanme eso es peor, en el fondo se que solo eran sus inseguridades, lo que hacían que quisiera castigarme, se sentía dios, siendo un gusano gordo y asqueroso.

Al final yo por mis impulsos quede como la mala y él como el bueno de la relación, ni hablar estos psicópatas machos, mayatones, saben cómo enredarte sin que tu lo notes, le escribí un escrito recordando sus idioteces, sé que no merece nada de mí, pero necesito desahogarme ya antes lo había publicado, pero me arrepentí por tenerle respeto.

Ese respeto que ya se fue, gracias a dios jajaj… Luego entendí nuevamente, la culpable fui yo, por darle oportunidades que no merecía… Yo quería creer que él no era como los otros, que su inteligencia lo haría diferente y no lo fue, era otra oveja; él decía ser diferente, como todos esos hombres que solo hablan, que solo mienten, que son mas masa, mas mierda. Ni hablar la vida sigue y cada quien paga las consecuencias de sus acciones. Sin más que agregar me despido dejándoles dos escritos uno dedicado al cerdo (lol) y otro que escribí hace ya tiempo, cuídense, ciao:D

Hedor 
Juraba no ser igual que los demás…

Ser un humano muy inteligente…

Tenía una soberbia que daba escalofríos…

Se sentía divino, aun teniendo un increíble sobrepeso…

Su fétido hedor lo delataba, su boca despedía un olor repugnante…

Y ella no podía besarlo, no quería lastimar sus sentimientos al decírselo, prefería calmar su maldito hedor con chicles que le regalaba.

Ella quería quererlo, quería enamorarse, pensar que había un hombre diferente dentro de su cuerpo.

Pero actuaba igual que el montón. No era más que otro misógino, que la sociedad se encargo en hacer y el, en pulir, formar…

Siempre queriendo castigarla por ser honesta, siempre queriendo solo tener un encuentro y no lográndolo, siempre quería hacer todo a su modo…

Buscaba fidelidad, buenos tratos, amor, que ella le diera todo mientras el no aportaba lo suficiente, trataba de castigarla si en una cita no llegaba temprano, la hacía pagar yéndose del lugar, para que ella ahora lo esperara…

Siempre quería darle celos, se sentía dios, siendo un gordo repugnante…

No tenia educación, ni respeto por lo que fingía amarla, cuando solo quería domarla, maltratarla y portarse cínicamente sin que ella dijera una palabra.

¡Pobre hombre!

¿Qué tantas inseguridades cargaba con él?

Ella no quería destruir su concepto tan rápido, quería creer que tal vez en aquel hombre humano existían neuronas, algo diferente del montón… Aunque siempre hubiera visto lo mismo, aunque su podrido hedor lo delatara.

Pero el cerdo no hacía otra cosa que querer hacerla pagar, por no dejarse, por defenderse, siempre queriendo adoptar el papel de hombre y mujer en la relación, con sus estereotipos muy marcados…

La mujer es menos, el hombre más…

No era más que un maricon, dentro de un hombre que fingía ser decente, correcto…

Era un mujeriego deplorable…

Siempre mentía, no sabía hacer otra cosa…

Ella descubrió que la engañaba, mientras prometía ser una buena persona, pues aparte de todo el hombre era descarado o tal vez muy estúpido pensaba que ella siempre perdonaría sus tonterías, la confundió con las demás…

Con las mujeres fáciles semejantes a él…

Ella decidió devolverle lo mismo…

En realidad el no era más que una puta barata, un foco de infección, algo que ninguna mujer debía tocar por qué no sirve, no siente, tenía que hacerle saber lo que era y se lo dijo como la mujer honesta que siempre había sido.

Alguien tenía que castigarlo por ser un humano deplorable, hipócrita, con su pesado antifaz con su ganas de hacer pagar a las mujeres siempre, por su falta de hombría, de madurez…

El no era un hombre, era una niño hipócrita, sadico dentro de un hombre…

¡Tal vez necesitabas amor!

Luego ella recordó su fétido aroma y se dijo no

Necesitaba un cepillo de dientes y una buena patada en las bolas por ser tan vulgo y hediondo.

“…Despidiendo su putrefacto aroma humano…”


Fin


La victima...
Y que no interrumpan mi sueño, que perdón de mi jamás hallaran...

Y que la nostalgia se pierda, pues no hay nada que defender...


Y que te sigan extrañando, los que no te supieron querer…


Y que se quemen los mártires, por no querer aprender...


Y que los obstáculos sigan, yo me sabré sostener...


Y que el ruido mental se extirpe, si es que trabajo quiere tener...


Y que la vida transcurra, pues la muerte a un no quiere ceder…

 
Y que la victima ya no sufra, si es que con monstruos se ha de meter…


Y que la culpa ya no se exhiba, pues aquí santo nadie fue...



Escritos propiedad de Cecy Gutiérrez y Excéntrica Zona Alterna, todos los derechos reservados.
 

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