viernes, 16 de mayo de 2014

Fumada de locura: La garrapata.

Hola, nuevamente aquí con un escrito o historia, espero les agrade perdura mi estilo jajja, ya muy predecible para mí y un tanto monótono, a ver si pronto lo cambio, cuídense, ciao:D


La garrapata.

Entonces lo recordé, el por qué ya no le hablaba… El hombre parecía una garrapata, no me dejaba ni a sol ni a sombra, yo solo quería respirar…

Y justo cuando iba hacerlo aparecía la garrapata humana, sedienta por chupar cada milímetro de mi sangre y finalmente asesinarme.

Pero la garrapata escondía un pasado y es que no solo era garrapata conmigo, por eso lo había dejado…

El hombre garrapata era garrapata con todas las que se dejaran… Confieso de ratos me agradaba, pero en otros solo sentía ganas de quemarlo, para deshacerme de él para siempre…

Y a veces le hallaba cualquier defecto para que me dejara, pero volvía, la garrapata volvía… Siempre volvía a infectar mi mente con sus patitas pusilánimes…

Y yo era una loba maldita con una desgraciada garrapata pegada a mí, quitándome la energía y esparciendo su virus, ese que me aniquilaría… Hasta que un día volví a buscar sus perversidades y ahí estaban nuevamente, aparte de hombre garrapata era una golfa lasciva.

Llena de incontrolable ira decidí hacer lo que siempre soñé, para ya no escuchar sus patitas controlando mi mente, le puse veneno a su bebida, lo envolví en periódico como un regalo que sabia jamás volvería a ver y le prendí fuego en aquel lote baldío, para que su peste no pudiera olerla nadie más que yo.

Y ahí lo supe la garrapata no era más que otro humano, pues despedía el putrefacto aroma, ese que se disolvía con el humo, con el fuego consumiéndose, con el viento, con su cuerpo tronando por las quemaduras…. Entonces recordé que hace tiempo la garrapata ya no era mía; se había conseguido a una pareja garrapata igual que él... Y pensé, después de todo “El karma si existe y sonreí”…

Llegue a mi casa y note una garrapata en mi gata, se la quite y la pise imaginado nuevamente que era él, me acerque para ver de cerca como tronaba...  Y note como en la sangre de la garrapata corrían miles de huevesillos, ahí comprendí que el ciclo se repetiría en miles de garrapatas invadiendo mi casa tan dulce y perversa como un día lo fuiste tú…. Mi sucia y lasciva garrapata, yuck!!



Historia hecha por Cecy Gutiérrez, todos los derechos reservados.

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