domingo, 22 de marzo de 2015

Sentencias de Humo: Muerto.

El pasado año escribí un libro de una historia llena de justicia sangrienta y utópica, el libro no se me vendió y termine corrigiéndole otros detalles, sin nunca quedar convencida… La realidad es que el ebook al final no resulto ser de mi total agrado, aunque yo lo haya creado, fue demasiada paja y humo a mi parecer; a un así hay historias que se salvaron o bueno que a un me gustan. 

Les comparto una de ellas y disculpen si ahora no traigo nada de moda, pero estoy muy harta de esos castillos de superficialidad y mierda que no llenan nada y nunca acaban (al menos por ahora), cuídense,ciao:D




MUERTO


Otro día…

Otro día sin sentido…

El cielo está nublado…

Es fin de semana… Excelentes días para decidir nuevamente revivir…

¿Y quién soy yo?

Soy un joven regordete, cabello chino, ojos azules, que su aspecto no lo define, pero su esencia si…

Si me ven por las calles no difiero mucho de los otros…

Soy otro muerto viviente que transita por la vida, como ganado, como perversa masa…

De esos que se reproducen a montón…

De esos que viven por una adicción…

Mi nombre es Abraham… Soy alcohólico y drogadicto…

Y no soy el único…

No soy el único ingenuo que soñó que la vida era un paraíso y la edad, el proceso de crecer lo azoto como a un gusano…

Seguí los parámetros establecidos, no funciono…

Arranque proyectos sin futuro…

Y terminé siendo lo que más detestaba para sobrevivir…

Mis estudios, mi educación, mis sueños nada sirvió…

¿Y eso que tiene que ver con mis adicciones?...

Nada, aparte de perdedor, soy un cretino…

Ya no las necesito, si es que alguna vez las necesite…

Pero aquí adentro, en esa parte que muchos no pueden observar y sin embargo existe…

En ese ser invisible que habita dentro de mí, que me hace mover…


¡Todo está muerto!….


Y ahora después de salir de mi trabajo en esa hamburguesería sin futuro, llego a un antro… Llegan mis amigos, mi novia…


El alcohol…

Dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete…

Y aún más… Tragos, euforia, la vida…

El baile, adrenalina que corre por mis venas, que untan de belleza todo este infierno, que disimulan, amortiguan mis inseguridades, la maldita realidad de vivir en un mundo de fieras, en una jungla humana.


-Comencé a probar el alcohol para poder convivir…

Luego entendí que no lo necesitaba, ya me podía relacionar con las chicas…

-Lo hice en si porque así nadie me juzgaba, me adaptaba al ambiente, a mis amigos…

Los entendía…

-No, francamente así no fue, quería arrancar el dolor que llevo dentro, solo ellas podían calmarlo…

Todo lo corrupto ya no estaba ni en mí, ni en ellos…

-No creo, así tampoco fue, el tiempo paso y mil excusas servían para seguir con ellas… Para calmar mi cobardía… Pero también viví su lado malo…

La vida me decía que tenía que dejarlas…

Y yo solo podía sentir amor por ellas, ninguna mujer, ningún hombre, ni mi familia…

Nadie podía más que ellas… Que un tarro lleno de cerveza, que un polvo mágico con esos locos amigos, igual de perdidos que este ingenuo Abraham.

Las fiestas terminaban en besos fugaces, salidas de una noche…

Sexo con mujeres desconocidas, besos con amigos de mí mismo sexo…

Espectáculos de vómitos tan vergonzosos al principio, luego se volvían costumbre, para todos los alcohólicos lo son…

Caídas, tropiezos…

Bailes extraños, ser el gracioso de la fiesta, el payaso…

Hacer ridículos que cualquier puritano asesinaría…

Luego de vomitar por tanta ingesta de alcohol, lavaba mis dientes y volvía a tomar…

A bailar, a perderme en ridículos, en peleas, en noches donde contaba de más, a extraños que no les importaba mi vida

Filosóficamente tratábamos de descifrar los enigmas de lo patético que es estar vivo, ahogados en risas, después de fumarnos un porro que no llevaba a ninguna solución, solo al nirvana de los parásitos humanos como yo…

De pronto la tristeza me azotaba y otra vez volvía Abraham a ver sobriedad, mujeres no tan bonitas, diabólicas dispuestas a jugar contigo, destrozarte el corazón…

Sacarlos de tus entrañas, devorarlo o aplastarlo...

Necesitaba otros tragos, otra cerveza…

Litros de cerveza…

Fiesta, música, vampiresas bailando…

Nada importaba, mañana ya no existían…

Ya no recordaba…

Muchos encuentros que no recordé y que sin embargo pasaron…

Llegaba a casa ahogado en tóxico alcohol, drogas tan lleno de vida…

¿Tan lleno de vida?…

¿Cómo llegaba?, nunca lo supe…

Era la vida burlándose de mí, dándome una oportunidad que yo no le pedía…

Era una mezcla de muerte y vida, mucho mejor que el sexo…

La sobriedad, el trascurrir los días con esos sueños que no se consumieron me mataba, el amor de esa mujer que nunca me correspondió era otra excusa…

El tiempo pasó… El amor lo olvide y ni siquiera lo note…

Mis ideales, mis sueños no se consumían porque yo no luchaba…

Y me quedaba ahí con una amargura al estar sobrio, con un aburrimiento…Como una maquina recibiendo órdenes de personas que no tenían la misma educación que yo y sin embargo eran más grandes…Podría reprocharle al mundo la injusticia y no serviría de nada.

Ellos tenían razón, aquí el que merece el mejor puesto es el que lucha, el que no se rinde, el que sigue todas las normas como un maldito borrego, como una vaca sellada.

No iba luchar, ya no quería luchar…

Era un hippie arrogante, orgulloso…

Dispuesto a no dejarme corromper por el sistema, total ya estaba muerto…

Disculpen que me ría...

Disculpen que me ría, pero nadie se va de este mundo sin corromperse y yo caí en lo que no quería, me atasque en ello, el sistema me asesino por ser diferente… Y a la vez me aniquilo por ser otro patético humano.


Y ahí está Dulce a mi lado, mi novia…

Esa novia que yo no podía creer que me quería…

¡No me quería yo!, ¿porque me quería ella?…

En el fondo nadie, quiere a nadie…

Mis celos los controlaba el alcohol, las ganas de cortarle la cabeza por ser tan piruja, lo calmaba el alcohol…

Antes sin ella, la vida era con mis amigos…

Noches maravillosas, mil bocas que probar, mil cuerpos que probar…

¡Abraham el alma de la fiesta!… De una fiesta de muertos vivientes, logrando sentir un poco de vida…

Toda mi infancia veía aquellas películas, esos zombies idiotas, nadie pensaría que existían…

Luego lo entendí, yo era uno de ellos en forma literal, mi alma estaba muerta...

Caminaba sin ningún sentido…

Tantas incongruencias la habían asesinado…

Tanta tontería la había aniquilado…

Y sin embargo existía…



Era sábado…

Volví a mi bar preferido de mala muerte, ahogar nuevamente mis pesares, la rutina, la asfixiante vida…

Un hombre elegante con sombrero de copa alta, joven, de cabello rubio en picos se me acerco…

Me pregunto si podía sentarse a lado mío…

Le digo que sí.

Saco un cigarrillo, comienza a fumar… Me ofrece uno, con el rostro le digo que no.

Comenzó a decirme que me había visto mucho por este lugar y por otros antros, siempre bebiendo, siempre perdiéndome…

Lo mire fijamente… Enojado, extrañado…

-Le digo sin inmutarme: ¿Que amigo eres gay?…

El hombre de ojos azules sonrió y contesto, sin quitarme la mirada de encima:

-¿Y si lo fuera que Abraham?…

Ese es el problema, es eso lo que te mantiene aquí…

¿Es eso lo que te quita el sueño?…

¿Que buscas Abraham?…

¿Que buscas aquí?…

¿Que tienen esas sustancias que te tienen tan tonto?

Que no puedes dejarlas, que te ayudan a evadirte a no vivir tu presente y cambiarlo…

A creer que eres el alma de la fiesta, mientras te mantiene en una esquina paralizado, con tu mente volando en un paraíso que no existe

-En eso enojado le contesto… A ok, entonces no eres gay, eres un puritano…

Disculpa pero a testigos de Jehová o puritanos de iglesias, de religiones no los acepto en mi casa, muchos menos aquí…

-Saca tu trasero de mi silla…

El hombre ríe… Se carcajea… Luego comienza hablar:

- ¿A caso me veo como un puritano?...

- En ese se levanta se da una vuelta, queriendo buscar alguien, tratándome de decir que él no lo era…

- ¿Me veo como un hipócrita de iglesia?, con su rostro hace un mueca diciéndome que no.

- Se quita el sombrero, lo deja en mi mesa y dice gritando:

¿Me veo como un cobarde evadiendo la vida Abraham?…

- Me enjuicia con la mirada… ¿Es que acaso me veo como un muerto viviente Abraham?

- ¿Cómo un parásito humano que le duele la vida?

- Sus ojos se tornan rojizos, su rostro agarra un matiz de psicópata, no me quita la mirada de encima...

Se acerca nuevamente a mí, se sienta en la silla…

Y me dice al oído, agarrándome el rostro con su mano que parece una garra monstruosa de un animal… 
¿Ahora dime Abraham que es lo que te falta?, ¿Qué es lo que no tienes?…

¿Qué es lo que deseas y no has podido lograr?…

¿Qué es lo que asesine yo? ¿Qué es lo que asesine yo?

- Muero de terror, temblando, ahogado en sudor en mi silla… Me digo a mi mismo que aquel hombre de cabello en picos es un demente…

- Que estoy teniendo una alucinación producto de las drogas, del alcohol, pero a penas llevo una cerveza…

- El hombre se aleja de mi oído, me mira fijamente con sus ojos rojizos…Con sus manos sosteniendo su cabeza de psicópata, de demonio.

- Me dice: A un no contestas Abraham…

- A un no me contestas Abraham…

- Sin poder hablar le digo en mi mente:…

- Me falta vida….

- Me faltan fuerzas, me falta curar mi podrida alma de tanto humano, de tantos ideales que no fueron y no serán…

- El hombre me contesta: ¿Entonces es eso lo que te mantiene aquí Abraham?...

¿No hay mejores formas de curar tu alma?, ¿de morir, de huir, de vivir?…

¿De perder el tiempo Abraham?…


- El orgullo se hace presente en mí, el miedo se evapora, la parálisis se va…

- Le contesto: ¡No lo hay!...

- ¡No lo hay!

- ¡Y nunca lo habrá!…

- Agarro mi cerveza brindo salud y me la tomo completa…
El hombre se vuelve a levantar toma su sombrero, se lo pone y me dice nuevamente acercándose a mi oído…

¡Entonces quémate Abraham!… Quémate, arde y descontrólate…

Y justo cuando te estés deshaciendo, brinda a mi salud en el infierno… ¡Con toda esa creación mía tan patética! 
De pronto comienza a salir fuego en las mesas de al lado, la gente grita de dolor, a bailar no por gusto, la plataforma de baile se convierte en brasas calientes que solo los invita a saltar, a bailar para calmar su pesar.

No me inmuto…


¡Nada ha tenido sentido, nada lo tiene y nunca lo tendrá!….

Mientras me deshago y brindo a la salud de ese ángel psicótico.

Al decir estas palabras, todo se disuelve como humo…

Descubro que tuve una sobredosis e ingesta de alcohol tremenda, caí en un paro respiratorio, estoy en el hospital, estuve a punto de morir, mis familiares están ahí…

Acompañándome… A mí, a este Abraham que no sirve para nada, ni si quiera para morir…

Los veo, los siento…

Siento su sufrimiento ante mi forma tan peligrosa de ver la vida, de dañarme y no darme cuenta…

¡Y no me importa!…

Mi único pecado fue existir sin servir, mi único pecado es ser otro humano del montón, corromperme y caer en las garras desgraciadas de la jungla humana… Consumiendo en una caída lenta, en picada hacia la cruel y segura Sentencia de Humo…


FIN




Historia creación de Cecy Gutiérrez, todos los derechos reservados.

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