domingo, 2 de marzo de 2014

Y una foto llevo a lo otro… ¿Qué será?.

Hace poco acompañando a mi hermana al pueblo donde ejerce su servicio y ya en el camino, me llamo mucho la atención un tipo bunker enterrado que es visible en la carretera de Samalayuca. 

Entonces en ese tiempo yo no sabía que el bunker que habías visto, era específicamente de Samalayuca y después de rato decidí tomarle una foto porque siempre he tenido fascinación por lo extraterrestre. Solo que lejos de hallarme con una respuesta extraterrestre, me recordaron del caso de varillas contaminadas con Cobalto 60.

La historia es esta:

En enero de 1984 una alarma del laboratorio nuclear de Los Álamos, Estados Unidos, se activó alertando el paso de un camión con material radioactivo.

El camión transportaba varillas para construcción que provenían de una fundidora de acero de Chihuahua.

Se descubrió que esta empresa había distribuido miles de toneladas de varillas contaminada con cobalto 60 a México y la unión americana.

“Es el accidente radiológico más importante que hemos tenido en México”, señaló José Luis delgado, gerente de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear.

Hace 20 años las autoridades guardaron un total hermetismo sobre el caso. De acuerdo a investigaciones recientes la amenaza radioactiva continua siendo un riesgo para la salud de miles de personas.

La historia inició en 1977 cuando un hospital privado de Ciudad Juárez internó ilegalmente una máquina de radiación para tratamiento de cáncer.

Años después el “Centro Médico de Especialidades” vendió como fierro viejo esta máquina a un deshuesadero.

Al desbaratar la máquina los trabajadores del “Yonke Fenix” encontraron un contenedor.

“Empezamos a desbaratar aquella bolita a ver qué traía adentro”, dijo Luis Lerma, trabajador del “Yonke Fénix”.

Contenía más de seis mil pequeños balines de Cobalto 60.

“Es radiación de muy alta energía... es la más peligrosa”, comentó el doctor Benjamín Ruiz, investigador de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México.

"Una sobreexposición provoca problemas desde cáncer... perder la capacidad de reproducción o tener la posibilidad de que los hijos nazcan con deficiencia físicas hasta problemas de carácter cerebral”, agregó Ruiz.

Miles de toneladas de hierros se contaminaron con Cobalto 60.

Una fundidora de acero compró el material para la fabricación de varillas.

La empresa a las afueras de Chihuahua se encuentra actualmente abandonada, todavía se puede observar parte de los que fueron las bodegas, las estructuras y los hornos para la fundición del metal donde hacían estas varillas las cuales muchas se encuentran todavía aquí.

De manera fortuita fueron descubiertas en Estados Unidos.

En México, la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear inició una investigación.

De acuerdo a un informa entonces secreto las varillas contaminadas fueron distribuidas a 16 estados de la República: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo y Morelos.

“Nos tocó empacar toda la varilla que detectaron que iba contaminada con Cobalto”, indicó Sergio Armando Núñez, ex trabajador de la fundidora “Aceros de Chihuahua”.

La Comisión Nacional de Seguridad Nuclear rastreó 17 mil construcciones con varillas contaminadas. Según esta comisión sólo 8 mil edificaciones presentaban niveles altos de radiación por lo que fueron demolidas.

¿Y el resto?

“Todavía esta varilla está formando parte de construcciones aquí en Chihuahua y en distintas partes de la República”, indicó Jaime García Chávez, diputado del Congreso Estatal de Chihuahua.

“En este momento ninguna construcción que haya sido hecha con este tipo de material contaminado representa ningún riesgo para la población”, mencionó José Luis delgado, gerente de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear.

Investigadores de la UNAM opinan lo contrario.

Habla el experto en Química Nuclear, Benjamín Ruiz, científico mexicano que participó como inspector de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Irak:

“Todo el tiempo que permanecen en su domicilio están recibiendo la radiación entonces es un problema serio”, señaló Benjamín Ruiz, investigador de la Facultad de Química de la UNAM.

“Esta (la muestra) es una de las varillas producto del incidente... esta varilla tiene aproximadamente 6% de la radiación que tenía en 1984”, dijo José Luis Delgado, gerente de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear.

“Sí, es una dosis muy baja, pero si es todos los días durante 20 años entonces ya es acumulativa... se requieren muros de medio metro o más de concreto y con revestimiento de plomo para poder detener esta radiación”, agregó Benjamín Ruiz.

Lo que ninguna construcción en México tiene.

“Hasta donde nosotros tenemos registrado no existió ninguna afectación a la salud”, comentó José Luis Delgado.

Los efectos por radiación de Cobalto 60 se presentan años después.

“Tenemos incidencias de cáncer, de gente que ha muerto de cáncer... daños a la piel, al cuero cabelludo”, comentó el doctor Jaime García Chávez, del Congreso Estatal de Chihuahua.

“Llevamos dos compañeros fallecidos por ese problema... Benjamín de la Rosa ese ya murió y había otro que se llamaba Margarito”, dijo Luis Lerma, trabajador del “Yonke Fenix”.

En México no hay cifras de muertes relacionadas con radiación como el Cobalto 60.

Ni seguimiento de afectados.

“A varios nos llevaron a México a chequeos... ya después no hubo seguimiento en el Seguro nos salieron con que se habían perdido los expedientes”, comentó Bernardo Ponce, ex trabajador del “Yonke Fenix”.

Más de cinco mil toneladas de material contaminado con Cobalto 60 fueron depositados en un cementerio en el desierto de Samalayuca a 50 kilómetros de Ciudad Juárez.

“Todos los desechos radioactivos en México están controlados, administrados, confinados, apropiadamente”, señaló José Luis Delgado, gerente de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear.

Un ingeniero que trabajó 12 años en la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y que participó en la construcción del cementerio en Samalayuca opinó diferente.

“Ese cementerio realmente podemos decir que es una cosa de niños... fue algo así como abrir un lugar donde se pudieran meter esas cosas y de alguna manera quitarse ya del problema de encima”, comentó Carlos Martínez Ávila, ex empleado de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear.

“Es un confinamiento que no representa de ninguna manera ningún problema para la población de Samalayuca”, indicó José Luis Delgado, gerente de la Comisión de Nacional de Seguridad Nuclear.

Estudios de la UNAM revelaron lo contrario.

Encontraron cuatro montículos con más de 100 toneladas de residuos radioactivos con cobalto 60.

“Este material se encontraba en la superficie a flor de tierra... las tormentas de arena son frecuentes entonces al estar ese material a la intemperie es fácil que se traslade y se disperse”, mencionó Bernardo Salas, investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

El cementerio nuclear de Samalayuca no tiene vigilancia, algunas cerca están caídas y los señalamientos de alerta tirados en el suelo.

También encontramos restos de bases metálicas para mesa que hace 20 años fabricó otra empresa de Chihuahua con material contaminado.

“Se detecta que los mantos friáticos están a una baja profundidad y de acuerdo con la información que me proporcionan en un futuro esta región será utilizada para surtir de agua a Ciudad Juárez”, aseveró Bernardo Salas, investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

“Fue una grave irresponsabilidad de gobierno tanto estatal como federal y de alguna manera van a tener que responder por esto porque han sido 20 años sin hacer nada”, manifestó Benjamín Ruiz, investigador de la Facultad de Química de la UNAM.

“¿Cuántos accidentes similares han ocurrido en México que no sabemos?”, cuestionó Alejandro Calvillo, director de Greenpeace México.

Una pregunta difícil de responder.

(Fuente: http://www.esmas.com/noticierostelevisa/investigaciones/416204.html).
 

Trate de buscar fotografías en internet y no encontré en que parte específica de Samalayuca se encuentra ahora, en si no hay fotografías o al menos no en internet.

Por eso el nombre de mi entrada, yo no estoy segura si la fotografía que tome sin querer realmente se trate del lugar donde está enterrado el Cobalto 60 o sea otro bunker de otra cosa que no tiene nada que ver, solo se algo, si lo es no tienen madre.

Por que exponer un material tan radioactivo cerca de la población a un estando enterrado, se me hace cínico y sin una mínima de ética. Realmente espero que mi fotografía sea de otra bunker o tal vez tenga que ver con conexiones de luz, no sé que será.

Igualmente si no lo era, ya recordamos un pasado turbio que sigue contaminando, mientras seguimos fingiendo que no pasa nada. Sin más que agregar le comparto mi fotografía casual, esperando que alguien me dé una respuesta a mi incógnita: ¿Qué es? cuídense, ciao :D 



Fotografías propiedad de Excéntrica Zona Alterna y Cecy Gutiérrez, todo los derechos reservados.

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