miércoles, 19 de marzo de 2014

La ultima dedicatoria…




Hola, nuevamente aquí con una historia que ya tenía ganas de hacer y por fin la complete…

Este trata sobre los hombres Princeso, ya saben esos tipos que se creen divos, no tienen humildad y son como mujeres payasas dentro de hombres, algunos son guapos, pero creo que nadie vale la pena tanto como para dejarte humillar o que juegen contigo.

Tenga el poder que tenga o la belleza, todo somos iguales. Sin embargo la belleza en esta sociedad está sobrevalorada, ni hablar. Sin más que agregar les comparto mis historias, esperando que les guste, como siempre perdura la mala ortografía y redacción, cuídense, ciao:D


Princeso


Dimitri era el Príncipe más Hermoso del reino de Lebea, soñaba con una linda Princesa que lo rescataría de su castillo y le daría todo lo que él necesitaba.

Dimitri hombre rubio, cabello largo y ojos azules, cuerpo escultural y porte varonil, miraba a todas las mujeres de lado y hacia abajo, chocaba el zapato de su tacón al piso, queriendo hacerse notar…

Era la delicia que hipnotizaba a todas las princesas de todos los países, pero nadie sabía que Dimitri tenía un defecto enorme, era un hombre horrible por dentro, su soberbia era deplorable a un grado aterrador, no miraba a las mujeres y si las miraba era de forma repugnante.

Su cerebro estaba tan atrofiado por tantas banalidades… Sus padres nunca le enseñaron humildad y su belleza en vez de ayudarlo, lo convirtió en un monstruo que necesitaba que todo el tiempo, lo alagaran, lo veneraran…

Era un hombre bello pero hueco, cruel y maldito… El se comportaba como toda una Barbie Rapunzel , pensaba que una princesa debía rescatarlo de su castillo, que las mujeres tenían que rendirle honores, todas tenían que estar a la altura de su belleza, de sus malos tratos, a todas las cambiaba a su estilo.

Siempre quería dominarlo todo… Sus mujeres dejaban de ser ellas, para convertirse en algo que le agradara a ese hombre totalmente hueco.

¡Es increíble lo que la belleza provoca en los demás! …

La Princesa Catrina, un mal día callo en las garras de Dimitri, se hipnotizo con su belleza… Ella al igual que él era sumamente bella, su cabello largo castaño, sus ojos verdes, su piel blanca, cuerpo esbelto, con hermosas curvas.

Decidió visitarlo desde un reino lejano…

La primera vez que lo vio fue en un baile, toda la corte real estaba presente, así como varios Príncipes de otros reinos…

Miles de mujeres le llevaban ofrendas, las abría y las devolvía, con muy pocas se quedaba, pues no todas le gustaban…

Hermosas Princesas lo invitaban a bailar pero él no bailaba con ninguna y si bailaba duraba tres segundos y las dejaba…

En su cuarto real solía verse al espejo y contemplar su belleza, agarraba su peine dorado y comenzaba a desenredar su larga cabellera brillante, luego releía aquellos libros de mitología, de Princesas, se creía una de ellas, mientras suspiraba…

Se lavaba el rostro por las noches, se bañaba en leche como Cleopatra, le ponía rosas y aceites, se cuidaba a un punto exagerado… Que daba escalofríos.

Dimitri era la reencarnación de Adonis, Narciso pero en versión chafa…

Catrina llevo a su castillo unas ofrendas esperando que este la mirara, le diera una cita, pero el solo recogía las ofrendas y se iba…

Catrina comenzó a sentir inseguridad porque ese hombre no la miraba como los demás, por que todas las que estaban con él tenían que asumir el papel del hombre, hacerlo todo y porque ella no podía dejar de pensar en otra cosa, más que en ese zoquete de Rapunzel.

No le importo, aquella mujer llegaría hasta las últimas consecuencias para atraparlo, era muy ilusa la Princesa.

Miles de ofrendas le llevaba Catrina y nunca la miraba, entonces decidió llegar un día con un enorme escote, para provocarlo pero él no la miro…

Luego fingió que se le cayó algo y los súbditos del Príncipe, casi morían de ver a tan hermosa mujer, uno se desmayo de la impresión y otro huyo…

Ella entonces decidió dejarse de tanta tontería y le confesó su amor al Príncipe, este le contesto:

-Interesante, toma cita con mi súbdito para vernos después.

Luego tomo su chaqueta y tapo a la hermosa Catrina, para que no siguiera desmayando a sus súbditos…

Catrina casi muere por que nunca pensó que ese hombre tuviera un detalle amable, solo que esto en vez de solucionarlo la hizo hundirse más en algo que no valía la pena.

EL súbdito le dijo que su número era el 1800, ella quedo impresionada no podía esperar tanto para volverlo a verlo…

Así que se quito la chaqueta y el hombre le dio el número dos, mientras se volvía a desmayar.

Luego le dijo solo hay algo que tiene que tomar en cuenta para que Dimitri, acepte la cita…

Primero deberá traerle un buen banquete de comida de todo lo que a él le gusta… También tendrá que pasearlo en un carruaje lujoso, por los lugares que más ama, pero sobre todo debes lograr hacerlo reír.

Catrina había gastado gran parte de su fortuna en llevarle en varios meses, miles de presentes…

Necesitaba tener a un más dinero, para comprarle todos sus caprichos y que este la aceptara…Así la dulce Princesa se armo a una guerra sin ningún sentido, tan solo para obtener los recursos que necesitaba y conquistarlo.

La guerra tenía que durar lo menos posible y ganarla rápidamente, se convirtió en una sádica amazona y decapito al rey de aquella nación, con tal de conseguir el dinero lo más rápido posible y comenzar con los preparativos.

Llevo el banquete favorito de Dimitri, el carruaje, lo saco de su castillo como una Princesa de cuento, como el siempre lo había deseado…

Al llegar a su castillo con la comida el Príncipe decidió checar el menú, lo miro como miraba todo lo que él creía no tenía valor… Y no comió nada, pues la Barbie de Dimitri, se sentía indispuesto…

El baile estaba preparado, pero él no quería bailar, no podía bailar el paseo a todos esos lugares que amaba, lo habían cansado.

En eso recuerda Catrina, que ese paseo fue lo peor que pudo vivir, aquel hombre no dejaba de hablar de sí mismo y lo grandioso que era.

A Catrina comenzaban a salirle las venas de coraje… Había hecho una guerra a un reino sin ningún fundamento, tan solo para poder darle todos los caprichos que deseaba y el muy idiota estaba indispuesto.

Mientras él le decía que necesitaba un condimento más en su comida, ella recorrió el castillo rumbo a la cocina a punto de explotar de coraje, escucho a una de las cocineras quejándose de otro Principe al cual miraba mucho Dimitri.

Decía que el tipo no era más que un Princeso… Que ella trataba de darle todo con tal de que le hiciera caso, pero este solo jugaba para luego romperle el corazón, haciéndoles caso a otras mujeres, el nunca la miraba… No la aceptaba por no tener sangre azul, ni un principado, ni su mismo nivel o color de piel. Se había hartado de él, porque era un hombre vacio, vacio… ¡Lo odio! … Esto lo contaba con tanto coraje la sirvienta a la otra, que se identifico con ella.

Volvió Catrina a la mesa con el ingrediente que necesitaba Dimitri, este le dijo que ya no lo necesitaba, pues después de todo no comería nada, ya que su indisposición a un no se quitaba.

Catrina le salía fuego por los ojos, pero aguanto…

Ya había aguanto bastante, necesitaba saber que era lo que la tenia hipnotizada de ese Príncipe, que al mirarlo bien no era tan guapo.

Terminaron la comida y lo acompaño a su alcoba, él le contaba de sus triunfos, de su cabello, de sus padres…

Dimitri era un niño mimado dentro de un cuerpo de hombre adulto… Catrina decidió callarlo, no aguanto más cerró la puerta, lo beso y se comporto como todo un hombre llena de incontrolable pasión, le arranco la ropa…

El Príncipe correspondió los besos, la pasión, comenzó a tocarla, la pasión se intensifico y justo cuando comenzarían a tener sexo algo horrible descubrió Catrina, pues por más que se movía queriendo darle placer no lograba satisfacerla.

Era como si en vez de un pene, tuviera una vagina y estuvieran teniendo sexo lésbico…

Aventándose una tijerita…

Catrina quedo horrorizada, sin embargo el Príncipe estaba tan emocionado, su corazón parecía salirse de tanto palpitarle por lo bien que la estaba pasando, llego a la erección y grito como una dulce damisela… Catrina no tuvo que fingirlo, pues a él solo le importaba su placer.

De pronto lo observo en ese éxtasis… Dimitri no solo era un niño mimado dentro de un cuerpo adulto más bien era una niña queriendo siempre ser la estrella, la Barbie.

El necesitaba tanto amor, pero ella no estaba dispuesta a dárselo, si tenía que cambiar su esencia y aguantar malos ratos sexuales para lograrlo.

Catrina se vistió y se fue…

El príncipe le dijo que le llamara y ella confirmo con una sonrisa hipócrita.

Después saco una rosa blanca y se despidió de él. 

La Princesa se subió a su carruaje y se puso a pensar en todo lo que había hecho por ese hombre, todo lo que le había regalado, lo que le había hecho pasar exponiéndose a peligros. Gritando en voz alta dice:

¡Para que no supiera coger!…

No cabe duda decía Catrina, no es más que un pinche Princeso.

FIN




Egocéntrico 
¡Te quería conocer!... No dejaste, eras demasiado o al menos, así es como te sientes constantemente, ves a la gente por el hombro, levantando la cara; caminas como si estuvieras en una pasarela y tú fueras el único anfitrión… Pasas sonriendo, sonando tus zapatos con tus talones, eres vanidoso...

Las demás personas tienen que alabarte para convertirse en tus amigos, las personas te rodean o al menos eso es lo que crees mmm… ¡Que lastima me das!… 


Pensé que tenías cerebro, pero no eres más que una linda fachada que para mi lamento también hubo de deslumbrar; me olvide que existían otras cosas más importantes que tu belleza no me daría. 

Gracias por recordármelo con tu lindo comportamiento, tan especial y tan usual en las personas como tú.... A la mejor no es tu culpa, la gente te ha hecho creer que te deben adorar bueno la sociedad, imponiendo cada década un estereotipo de belleza diferente… Tu genética te favoreció, no sé si para tu suerte o por el contrario para maldecirte... El caso es que toda tu vida has vivido engañado, tus padres no te enseñaron lo que era la humildad y la gente que te halaga, que se somete a tu voluntad, tan solo lo hace por un trueque... Donde te entrega palabrería falsa a cambio de un instante de placer fugaz... Ahora te has convertido en un ser soberbio y egocéntrico... Que piensa que su belleza durara eternamente, que tiene tanto y a la vez nada… Solo aquel poder exterior que el tiempo se dedica en marchitar y la muerte en llevar… ¡Entonces es cuando recordaras lo puta que fue tu vida!...

Historias creación de Cecy Gutiérrez, todos los derechos reservados.
Imágenes tomadas de la red. 

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